RRHH Digital La firma gallega de moda Caramelo ha solicitado el concurso voluntario de acreedores por la bajada de las ventas, que han provocado un déficit de caja que «la compañía ya no es capaz de afrontar». Dentro del proceso de reestructuración ha avanzado que aplicará un expediente de regulación de empleo (ERE) a la plantilla.
La empresa, controlada por Inveravante, la corporación de Manuel Jove, ha presentado el concurso en el Juzgado Mercantil de La Coruña y ha justificado la medida por «la extrema situación que atraviesa». La intención es dar «viabilidad» a Caramelo, que se abre ahora a la entrada de nuevos socios en su capital.
En un comunicado, Caramelo explica este lunes que ha informado de la decisión a la plantilla, a la que ha dicho que obedece a «las recurrentes pérdidas de explotación de los últimos años y, en particular, a la constatación de la caída de las ventas del primer trimestre de 2013».
Estos resultados hacen prever un déficit de caja para este ejercicio «incluso superior» al de 2012, que la compañía «es ya incapaz de afrontar». El año pasado, explica, Caramelo desarrolló un plan de negocio con «cambios importantes» en diseño, compras, procesos productivos, ventas e internacionalización.
«Sin embargo, y a pesar de haber contado para ello con importantes aportaciones extraordinarias por parte de su accionista principal de más de 16 millones de euros, este último esfuerzo por recuperar la senda de la rentabilidad no ha conseguido invertir la tendencia negativa de las ventas», argumenta en la nota, en la que señala que su actividad «se ha visto seriamente dañada por la profunda crisis de consumo que afecta a toda Europa» y, en particular, a España, un mercado «al que la empresa ha estado excesivamente expuesta en los últimos años».
Para tratar de amortiguar los efectos puso en marcha un plan para tratar de potenciar su crecimiento exterior, con una estrategia de internacionalización que compensase las dificultades en el mercado español. Su «tradicional presencia en los países del Sur de Europa», que también pasan por «una profunda crisis», tampoco ha facilitado el proceso, explica.
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