Recursos Humanos Digital El número de trabajadores autónomos aumentó en 2012 un 1,8%, pero no fue gracias a los empleadores, aquellos que tienen trabajadores a su cargo, sino a los autónomos independientes o sin asalariados, que experimentaron un fuerte empuje el año pasado.
Cada vez son menos los autónomos que tienen trabajadores a su cargo, tendencia que es motivo también de que el paro muestre un aumento constante, según la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), que ha elaborado un informe sobre esta materia a partir de los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
Los autónomos con trabajadores a su cargo o autónomos empleadores descendieron en 2012 en casi 19.100 personas, un 2,1% respecto a 2011, en contraste con los autónomos sin asalariados, que se incrementaron en 96.600, un 5,07% en relación al año anterior.
Desde el cuarto trimestre de 2010 hasta el mismo trimestre de 2012, el número de autónomos con trabajadores a su cargo se ha reducido en 128.700, hasta situarse en 884.500 emprendedores. Por el contrario, los autónomos independientes o sin trabajadores han aumentado en el mismo periodo en 103.800 y ya suman más de dos millones.
Según UPTA, las circunstancias económicas y sociales están provocando que los nuevos autónomos no contraten trabajadores, lo que a su vez está repercutiendo en el paro.
La organización ha pedido al Gobierno que tenga en cuenta que el colectivo de autónomos que trabajan solos o de forma independiente es el único que está creciendo en términos estadísticos, frente a la disminución de los empleadores o empresarios, los trabajadores asalariados, los colaboradores familiares y los miembros de cooperativas.
Así, UPTA considera que deben modificarse las estrategias de creación de empleo, ya que la reforma laboral, que acaba de cumplir su primer aniversario, ha demostrado que no es el cambio normativo que puede generar empleo.
El secretario general de UPTA, Sebastián Reyna, ha advertido de que los nuevos trabajadores independientes no están creando empleo por la falta de expectativas, por la falta de crédito y por la escasa evolución del consumo.
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