Recursos Humanos Digital Este domingo se cumple un año desde que Spanair dejó de volar y la mayoría de extrabajadores de la aerolínea, más de 2.000, a excepción de los pilotos, sigue en el paro y sin cobrar el subsidio del Fogasa, mientras 30.000 pasajeros están a la espera de la resolución del concurso de acreedores pendientes de recuperar el importe de sus billetes.
En el caso de los trabajadores de tierra y los tripulantes de cabina (TCP), apenas un centenar se han conseguido recolocar en otras compañías, según explicó uno de los miembros del comité de empresa cuando llegó el momento del cierre, Jordi Mauri. En concreto, una quincena de trabajadores de oficina consiguieron empleo en Vueling y Volotea, unos 30 TCP en Vueling y otros 25 en Norwegian, una aerolínea de bajo coste que está incrementando su presencia en España.
Además, una veintena se colocaron en el extranjero, en compañías como Lufthansa y SAS (accionista de Spanair), pertenecientes a la alianza Star Alliance, en la que estaba también Spanair.
«La gran mayoría están en el paro, La gente está desesperada y siente que la Generalitat nos dejó tirados», lamenta Mauri, quien afirma sentirse «engañado» ya que participó en reuniones en las que desde el Gobierno catalán se dijo que se iba a ayudar a la recolocación de los empleados de Spanair algo que también se dijo desde los ministerios de Fomento y Empleo del Gobierno central. Mauri explicó que además de no haberse llegado a acuerdos para que se produjeran recolocaciones, tampoco se han llevado a cabo iniciativas de formación ya que el papel institucional se ha limitado a orientar a los empleados a cursos generales, no específicos para el mundo de la aviación.
A esto se suma, que la compañía sigue debiendo salarios y complementos a la plantilla que todavía no ha cobrado el subsidio del Fogasa, de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades.
Éxodo de pilotos
En la misma línea, Jaume Vicens, quien formó parte de la Sección Sindical de Sepla en Spanair, se queja también de que los exempleados de la aerolínea sigan sin cobrar la prestación del Fogasa, aunque explica que la mayoría de los 400 pilotos sí tienen trabajo pero fuera de España. A este respecto, lamentó que apenas una treintena de «privilegiados» se han podido quedar en España, en la compañía Vueling, la que más se benefició de la desaparición de Spanair, sobre todo en el aeropuerto de El Prat.
Cerca de 300 han conseguido trabajo fuera de España, la gran mayoría en Oriente Medio, como el propio Vicens, y en China, Hong Kong, Indonesia o Singapur, regiones donde la aviación está en un momento de expansión. Otros, unos 30, han emigrado a Chile, Perú, Panamá y Nigeria. Por último, cerca de un centenar no trabaja, bien porque no haya encontrado empleo o porque está cobrando el paro a la espera de jubilarse. «Las promesas de ayuda para que nos recolocáramos quedaron en agua de borrajas puesto que nadie hizo absolutamente nada», concluyó Vicens.
¿Recuperarán su dinero los pasajeros?
En cuanto a la situación de los pasajeros que no pudieron volar, el portavoz de la Asociación de Afectados por el Cese de Operaciones de Spanair (ACOS), Cándido Conde-Pumpido, explicó a Servimedia que unos 30.000 están personados en el concurso de acreedores. Sobre las posibilidades que tienen de recuperar su dinero, explicó que dependen exclusivamente de que los miembros del Consejo de administración de la aerolínea sean declarados culpables del concurso, lo que les obligaría a hacer frente a las deudas con su patrimonio.
En caso contrario, los activos de Spanair alcanzan apenas unos 30 millones, cuando la deuda se sitúa en unos 600, de los que 300 no se devolverán porque se trata de inyecciones de capital de los accionistas de la aerolínea. Teniendo en cuenta que las obligaciones con sus trabajadores y con el Estado alcanzan los 70 millones, no quedaría dinero para los pasajeros. En el momento en que dejó de volar, Spanair dejó tirados a unos 300.000 clientes. Muchos de ellos han podido recuperar el importe de su billete gracias a que pagaron con tarjeta de crédito y ésta contaba con seguro o porque su agencia de viajes se lo reembolsó.
Entre los que no han podido cobrar, 30.000 están en el concurso y otros han desistido, algo que ocurre sobre todo con clientes extranjeros a los que no compensa personarse en un concurso en España. Otra vía para ser indemnizados, explica Conde-Pumpido, es a través de una demanda administrativa contra la Generalitat como responsable civil subsidiario ya que Spanair incumplía el Código de Consumo autonómico al no contar con un seguro para los billetes de más de 100 euros. En este proceso administrativo, el portavoz de los afectados lamenta el papel que está jugando la agencia catalana de consumo, que, según su punto de vista, «en lugar de preocuparse por los afectados se está encargando de proteger a la Generalitat».
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