La crisis, enemiga de la solidaridad

RRHH Digital Por cuarto año consecutivo, la Fundación Adecco presenta el IV Informe La ONG que yo quiero, para conocer con qué tipo de entidades no lucrativas prefieren colaborar los españoles y cómo la crisis ha afectado a su relación con el sector de las entidades sin ánimo de lucro.

Según Gonzalo Fanjul, activista y autor del blog 3.500 Millones, de El País, un 55% de la financiación de las ONGs proviene de recursos públicos, cifra que da cuenta de la excesiva dependencia que tienen estas organizaciones de una Administración que no atraviesa su momento de esplendor.

Si a esto añadimos la reciente conversión de las Cajas de Ahorros en bancos, lo que supone la caída en picado de los recursos económicos invertidos por las Obras sociales, podemos suponer que las ONGs y entidades sin ánimo de lucro se están viendo obligadas a realizar esfuerzos para captar donaciones del sector privado y de los particulares.

Sin embargo, las economías domésticas tampoco atraviesan su mejor momento. Así, los hogares con todos sus miembros en paro ya rozan los 2 millones (1.737.900), una cifra que no ha cesado de aumentar en los últimos tiempos. Del mismo modo, el desempleo estructural o de larga duración (personas que llevan más de un año buscando trabajo) parece ser, cada vez más, una realidad asentada en nuestra sociedad.

Como se aprecia en el siguiente gráfico, actualmente existen 3.034.200 parados de larga duración, frente a los 2.398.500 de 2011 (incremento del 26%) y a los 535.900 de 2008 (incremento del 466%). Así, el número de parados estructurales se ha multiplicado casi por 6 (5,6) en el último lustro.

A la luz de estos datos, cabe preguntarse: ¿cómo están viendo afectada su colaboración los ciudadanos con las ONGs?¿cómo ven el horizonte de este sector? ¿cuáles son los valores que determinan su colaboración en estos tiempos tan difíciles?. Para dar respuesta a estas cuestiones, se ha encuestado a 600 ciudadanos residentes en España, entre 18 y 65 años.

Mujer mayor de 45 años

Según el último informe de la Asociación Española de Fundraising, el 9% de la población española colabora económicamente con una ONG, ya sea de forma regular o puntualmente. Esto se traduce en 3,6 millones de donantes que destinan un total de 670 millones de euros al año.

Según los datos de la presente encuesta, el perfil del colaborador habitual con una ONG es el de una mujer (57%), mayor de 45 años (51%)  casada (58%) y con empleo (58%). Los siguientes gráficos muestran más en detalle estos resultados.

La crisis, enemiga de la solidaridad

Sin embargo, ¿cómo se combina la solidaridad ciudadana y su afán por contribuir a un mundo más justo, con la persistencia del paro y las dificultades de la economía doméstica?

A pesar de la difícil situación, los datos de la presente encuesta arrojan que la mayoría de los ciudadanos, no ha sacrificado su aportación económica a raíz de la crisis. En concreto, un 76% de los encuestados sigue colaborando del mismo modo. Sin embargo, un 24% sí ha visto afectada su aportación económica a raíz de la crisis, bien porque ha dejado de colaborar, bien porque ha reducido su aportación, o bien porque la ha sustituido.

Así, un 11% se ha visto obligado a poner fin a sus donaciones durante el último año – con lo que ha caído el número de donantes- y un 9% ha reducido o espaciado esta colaboración.  Por último, un 4% ha sustituido la aportación dineraria por otro tipo de ayudas: tiempo, donación de materiales, voluntariado, etc.

Como se aprecia en el siguiente gráfico, la situación en 2012 se ha agravado con respecto al año pasado. En 2011, el porcentaje de personas que tuvieron que frenar su colaboración fue del 17% (frente al 24% de este año) y un 83% pudo mantener su aportación, frente al 76% de este ejercicio.

Al preguntar a los encuestados por qué han reducido, sustituido o finalizado esta colaboración, un rotundo 92% responde que el motivo ha sido la crisis y el descenso de sus recursos económicos. Sólo un 8% achaca el fin de la colaboración a otros motivos como la falta de transparencia de la entidad en cuestión.

Si miramos al futuro, observamos que el número de donantes seguirá cayendo. Así, un 13% ha declarado que tiene previsto reducir su colaboración económica en el próximo año (5%), o incluso finalizarla (8%).

Esta situación se verá parcialmente compensada por un 5% que prevé aumentar su colaboración, pues cree que ahora mismo es más necesario que nunca. Dentro de estos, un 2% no colaboraba con ONGs y empezará a hacerlo y un 3% ya colaboraba y aumentará los recursos destinados.

No obstante, un 82% mantendrá sus niveles actuales de colaboración.

Transparencia y humanidad

Otro de los efectos que la crisis ha tenido sobre los ciudadanos, ha sido el aumento de sus exigencias a la hora de colaborar con una ONG. No sobran los recursos, y por tanto, los colaboradores seleccionan muy bien la entidad a la que ayudarán.

Según los datos de esta encuesta, las características más valoradas de una entidad sin ánimo de lucro son su transparencia (17%), seguidas de la humanidad (12%) y la reputación (10%).

De estos datos se concluye que los ciudadanos buscan colaborar con una entidad conocida, que les inspire confianza y que les informe abiertamente del destino de su aportación económica. Además, los encuestados abogan por una organización libre de influencias, que no apoye ninguna orientación política.

Ayudar a niños, a personas con discapacidad… y a desempleados

Al preguntar a los participantes de la encuesta cuál es el grupo de interés con el que prefieren colaborar, los grupos elegidos son, en primer lugar la infancia (12%), seguida de las personas con discapacidad (11%). Es significativo que el grupo de desempleados se sitúa en tercer lugar, con un 10%, por delante de otros problemas que tradicionalmente han preocupado mucho a los ciudadanos, como la pobreza, la violencia de género o los enfermos. Todo un reflejo de la creciente preocupación de los españoles por la crisis y el saldo de parados que ha dejado a su paso.

En el otro lado, los grupos que menos interés despiertan a los encuestados, son los reclusos (1%), las prostitutas (2%) y los drogodependientes (3%). Todos ellos tienen un denominador común: en algunos casos se encuentran en esta situación por una elección personal y no por una circunstancia impuesta.

España, el lugar preferido para colaborar

El año pasado ya anunciábamos que había incrementado exponencialmente el interés por los problemas nacionales. Sin embargo, este año asistimos a un resultado sin precedentes: España es el lugar preferido para colaborar por los encuestados (40%), por delante de África (22%), el continente que tradicionalmente ha despertado siempre mayor sensibilización.

Por ello, no parece aventurado concluir que en los momentos difíciles, los ciudadanos tienden a preocuparse por lo que tienen más cerca y priorizan resolver los problemas más próximos.