Recursos Humanos Digital La confluencia de la lluvia con la jornada de huelga en el metro de Barcelona y la red de Cercanías de Renfe ha provocado esta mañana importantes problemas de movilidad, con retenciones kilométricas de vehículos en las entradas a la ciudad y masificación de pasajeros en los andenes del metro.
Desde las 8.00 horas y hasta poco antes de las 11.00 horas, las las principales carreteras de acceso a Barcelona se han visto prácticamente colapsadas y las colas han llegado hasta los 18 kilómetros en puntos como la C-58, entre Terrassa y el nudo de la Trinidad.
El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) ha informado de que también se han registrado colas compactas de 11 kilómetros en la B-23, desde Molins de Rei a la Diagonal, mientras que en la AP-7 y la AP-2 también se han acumulado hasta seis kilómetros de caravana a la altura de El Papiol.
La información que aparecía en los paneles de tráfico sobre el tiempo de espera ha alterado tanto a los conductores que muchos de los que venían del Vallès han optado por utilizar una vía de pago como los túneles de Vallvidrera.
En las vías del norte, la autopista del Maresme transcurría tan colapsada que los automovilistas han tardado el doble en realizar su recorrido habitual. Si los ciudadanos han encontrado problemas importantes para moverse por las carreteras de acceso a Barcelona esta mañana, no más fácil lo han tenido los usuarios del Metro, que hoy funciona con servicios mínimos debido a la huelga convocada por algunos sindicatos.
La orden de servicios mínimos del departamento de Empresa y Empleo señala que deben funcionar el 33 % de los convoyes en el conjunto de la red desde las cinco de la madrugada de hoy hasta las 2 de la madrugada de mañana, 1 de noviembre.
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