Recursos Humanos Digital Las peores expectativas se han cumplido y, si bien en la comparación con 2011, los datos de este tercer trimestre a nivel laboral son mejores que entonces, no dejan de ser preocupantes. Y es que, según la profesora del departamento de Dirección de Personas y Organización de ESADE Mª Àngels Valls, “es muy difícil empeorar aquella primera mitad del pasado año, que fue la peor desde Lehmann Brothers, pero los resultados de 2008, 2009 e incluso 2010, fueron mejores que los éste”.
Lo es fundamentalmente por dos aspectos. La pérdida de ocupación en el sector público —que ha sido de 49.400 personas, más que en el sector privado, en el que esta cifra asciende a 47.600— y los servicios —cuyo descenso es de 32.700—. “En las últimas Encuestas de Población Activa, el empleo público compensaba los datos negativos del sector privado. Ahora, este efecto amortiguador desaparece”, comenta Valls al tiempo que resalta que la crisis “ya ha llegado con toda su magnitud al sector servicios”. La suma de ambos factores, según Valls, perjudica principalmente a la mujer. “Hasta ahora, los datos de desocupación afectaban más al colectivo masculino que al femenino, pero ahora, la pérdida de empleo en el sector público y los servicios les afecta de lleno”. “Una muy mala noticia a la que, además, se suma el hecho de que la crisis está produciendo una entrada masiva de mujeres en el mercado laboral”, añade.
Este “segundo peor trimestre de la crisis a nivel laboral”, como lo denomina la profesora de ESADE, también se caracteriza por un elevado número de familias en las que todos los miembros se encuentran en paro —“la variación con respecto a la última EPA es pequeña, pero el desfase anual es de más de 300.000” — y un elevado desempleo juvenil del que resalta, “no a los menores de 25, sino a los que se encuentran entre esta edad y los 35, que son los peor situados tanto a nivel cuantitativo, absoluto y relativo, y los que sufren más”.
Reforma laboral y otras política activas
Dados los resultados hechos públicos hoy, Mª Àngels Valls confirma que los efectos de la Reforma Laboral en cuanto a proceso de devaluación interna —reducciones de jornada, disminuciones de salario…— aún no se están observando: “Las incertidumbre de cara al futuro está todavía muy presente en la toma de decisiones”, y que se necesita un completo replanteamiento de las políticas activas de creación de empleo.
En este sentido, subraya dos en su opinión muy importantes: “Incentivar la permeabilidad del mercado laboral, fomentando incorporaciones aunque breves y pequeñas, porque no podemos permitir que una persona esté sin trabajar tanto tiempo”, y “modificar las políticas de recapitalización de paro, y que no se tocan desde los años ochenta”. “No hay más que observar cómo se está incrementando el número de autónomos [65.100 más este tercer trimestre]”, concluye.
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