Recursos humanos Digital Hasta 30.000 miembros de los dos mayores sindicatos italianos se manifestaron ayer en Roma para protestar contra los recortes del Gobierno del primer ministro italiano Mario Monti en el gasto público, lo que obligó al cierre del Coliseo.
La oposición a las medidas de austeridad que buscan sacar al país de la crisis económica está creciendo a medida que la recesión de un año no da señales de disminuir y el desempleo sigue creciendo.
La marcha compuesta en su mayoría por trabajadores del sector público se produjo días después de manifestaciones antiausteridad en Madrid y Atenas, que terminaron en enfrentamientos con la policía, y coincidió con el segundo día de problemas en la planta de acero de ILVA en el sur del país.
El personal del Coliseo y el Foro Romano abandonaron sus puestos de trabajo, cerrando dos de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Durante la hora punta de la mañana, el tráfico se vio afectado aunque la protesta fue pacífica.
Profesores universitarios, empleados de la administración pública, basureros y trabajadores del sector sanitario también dejaron sus trabajos para apoyar la marcha.
«Por el momento, solo puedo ver un futuro que no nos da ninguna esperanza, especialmente para los jóvenes», dijo un ex soldado, Emilio Amiraglia, durante la protesta.
La coalición de Monti aprobó recortes del gasto en agosto que incluyeron una modesta reducción del sector público, donde los sueldos llevan ya congelados más de dos años, y una reducción en la financiación de la sanidad estatal.
El recorte del gasto siguió a unas impopulares reformas de austeridad y a un cambio en las normas de contratación y despido, que produjeron una fuerte oposición y las protestas de los sindicatos desde principios de año.
Para evitar una crisis de deuda similar a la griega, Monti elevó los impuestos y recortó las pensiones cuando asumió el cargo tras la dimisión de Silvio Berlusconi el pasado noviembre, sometiendo a los italiano a «una cantidad de sacrificios sin precedentes», dijo Monti en una entrevista con CNN esta semana.
«Estamos aquí para protestar contra las políticas de Monti, porque hasta ahora solo pagamos los más débiles», dijo Pio Zappaterreno, que se manifestaba con otros miembros de CGIL, el principal sindicato de Italia, en el centro de la ciudad.
«No es verdad que la reducción de la administración pública rebajará la deuda. La empeorará», dijo la secretaria general del CGIL, Susanna Camusso, a los manifestantes. «La política que se ha seguido hasta ahora solo ha empeorado las cosas, no las ha mejorado».
Las medidas de austeridad han afectado al gasto familiar y agravó la recesión italiana. La tasa de paro subió al 10,7 por ciento en julio, la tasa más alta desde 2004.
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