Recursos Humanos Digital. La dirección de Panrico se reunió ayer lunes con los representantes de los trabajadores para iniciar formalmente el periodo de consultas para el cierre de la planta de Santiago de Compostela, que cuenta con un centenar de trabajadores.
En el encuentro se ha producido la entrega de la documentación, que ahora estudiarán los servicios jurídicos y económicos de los sindicatos antes de volver a citarse con los directivos, a partir del 20 de agosto.
En declaraciones a Europa Press, el responsable de la federación agroalimentaria de Comisiones Obreras, Francisco Vilar, ha destacado que «no hubo novedades» respecto a lo hablado la semana pasada. El interés de la plantilla sigue siendo que la actividad continúe bajo la responsabilidad de Panrico.
Para ello, ven necesario la «intervención» de la Xunta de Galicia y del Ayuntamiento compostelano, algo que, en asamblea el pasado sábado, acordaron pedir con el objetivo de «salvar los puestos de trabajo».
En un encuentro con responsables del Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), Vilar ha indicado que el organismo «se comprometió a mantener el tejido industrial» de la comarca.
Con todo, el sindicalista ha apuntado que los empleados «no tienen mucha confianza» y «lo que quieren es estar tranquilos», para lo que Panrico supone «la mayor garantía».
Por el momento, a la espera de contactos entre Panrico y la Xunta o entre Panrico y algún posible comprador, el grupo plantea un expediente de regulación de empleo de suspensión con indemnizaciones de 30 días por año trabajado y la posibilidad de cobrar, como máximo, 24 mensualidades de salario, al margen de alguna recolocación de personal «puntual».
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