RRHH Digital. Casi la mitad de las vascas con trabajo dedican además cinco o más horas a cuidar de hijos menores de 15 años, mientras que la mitad de los hombres ocupados limitan la atención a sus hijos a dos o menos horas diarias.
Ésta es una de las conclusiones de la Encuesta sobre la Conciliación de la Vida Laboral, Familiar y Personal, dada a conocer hoy por el Instituto Vasco de Estadística (Eustat), de la que se deduce que sólo uno de cada siete hombres (el 13,5 por ciento) dedica el mismo tiempo que las mujeres al cuidado de sus hijos.
En conjunto, mientras que los hombres emplean 2,8 horas diarias al cuidado de los menores, las mujeres destinan 4,7.
De hecho, cuando ambos progenitores trabajan fuera de casa, en el 77 por ciento de los casos ambos progenitores comparten las tareas del cuidados de los hijos, pero sólo el 1,6 por ciento de los niños es cuidado principalmente por su padre, frente al 11,1 por ciento que es atendido principalmente por su madre.
En estos mismos hogares en los que el padre y la madre están ocupados, en el 52 por ciento de los casos son familiares o personas sin remuneración quienes se encargan principalmente del cuidado de los menores fuera de su horario escolar, en el 22,4 por ciento son ambos miembros de la pareja los que se dedican a atenderlos y en el 14,4 por ciento de las ocasiones el cuidado recae sobre otras personas con remuneración.
Respecto al reparto de las tareas domésticas entre personas ocupadas la desigualdad entre sexos es aún mayor, ya que nueve de cada diez hombres -el 90,8 %- dedica dos o menos horas, mientras que un tercio de mujeres -el 32,2 %- emplea tres o más.
Esta situación repercute en el grado de satisfacción sobre el tiempo que se dispone para la vida personal, el ocio o la formación, ya que el 22,2 por ciento de las mujeres se declaran insatisfechas, frente al 17,9 por ciento de los hombres, sobre todo entre los 35 a 44 años.
El desigual reparto de funciones también motiva que un porcentaje significativo de mujeres ocupadas, más de una de cada seis, estén muy insatisfechas con la colaboración que ofrece su cónyuge o pareja en las tareas domésticas, mientras que una inmensa mayoría de los hombres ocupados -el 81,2 %-, por el contrario, están muy satisfechos con el trabajo de casa que hace su pareja.
Sin embargo, las mujeres trabajadoras expresan una mayor satisfacción con el cuidado de su descendencia -un 55,2 % apunta que alta- que los hombres -43,2 %-.
Además, una de cada cuatro personas ocupadas en Euskadi -el 16,7 %- afirma tener muchas dificultades para compaginar trabajo con el cuidado de menores y con actividades personales.
Este porcentaje se eleva al 28,9 por ciento en el caso del personal empleador y hasta el 36,3 por ciento si se trata de trabajadores autónomos.
Globalmente, el grado de dificultad que la población ocupada vasca tiene para conciliar trabajo remunerado y vida personal y familiar alcanza los 3,8 puntos, sobre un máximo de 10 que indicaría la imposibilidad total para la conciliación.
Bizkaia se sitúa en la media, Álava presenta el menor grado de dificultad con 2,9 puntos, mientras que Gipuzkoa presenta el más elevado, con una puntuación de 4,2.
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