Recursos Humanos Digital. La tasa de paro entre los gitanos alcanza el 36,4 por ciento, mientras que en la población general se estima en un 20,9, por el mayor impacto que la crisis ha tenido en un colectivo cuyo nivel de desempleo se encuentra en línea con el de los inmigrantes que viven en España, según pone de manifiesto el estudio ‘Población Gitana, Empleo e Inclusión Social’ presentado este lunes por la Fundación Secretariado Gitano
Este trabajo persigue, no obstante, que la tasa de actividad (68,9%) es mayor entre estas personas (60,1% para la población general), entre otros motivos, porque empiezan a trabajar mucho antes.
En este sentido, el estudio indica que la población gitana se incorpora en edad más temprana al mercado laboral, entre los 16 y los 19 años, especialmente en el caso de los hombres, por lo que su vida activa es más prolongada.
No obstante, para el director de la Fundación Secretariado Gitano, Isidro Rodríguez, es un dato «engañoso» ya que el hecho de que la población gitana española se incorpore tan joven al mercado laboral, si bien implica que es «muy trabajadora», también revela el hecho de que abandona antes la formación académica, imprescindible para prosperar a nivel profesional. Así, casi siete de cada diez gitanos en situación laboral activa son analfabetos y sin estudios, mientras que «sólo un 9,3%» alcanza un nivel de estudios de secundaria o superior.
Por su parte, los datos sobre las mujeres arrojan una perspectiva positiva al estudio ya que, actualmente, el 30 por ciento de las mujeres inactivas están estudiando, a diferencia de la anterior tendencia que indicaba que la mujer estaba dedicada a las labores del hogar.
Asimismo, el estudio señala que la tasa de asalariados, los que trabajan por cuenta ajena, es sensiblemente inferior entre la población ocupada gitana española, a la del conjunto de los ocupados españoles. Un 38,4 por ciento de los ocupados gitanos son asalariados frente a un 83,6% del conjunto de ocupados. Esta diferencia es uno de los principales rasgos distintivos de la situación en el empleo de la población gitana. En este sentido, se observa un cambio en la estructura de la situación profesional gitana, disminuyendo el peso del empleo asalariado y aunmentando el trabajo como autónomos.
Por su parte, la tasa de temporalidad alcanza un 53,4 por ciento frente al 70 por ciento, un indicador que solo ha mejorado «aparentemente», según ha añadido Isidro Rodríguez, ya que «los que antes estaban en una siuación precaria son los primeros que ahora han tenido que ser expusaldos del mercado de trabajo».
En cuanto a la estructura de la población, casi la mitad (48,8%) tiene entre 0 y 24 años, con una edad promedio de 28,1 años frente a los 41,3 de la población española.
Mientras, el índice de dependencia infantil indica que hay un gran peso de los menores de 14 años en la población gitana (37%) en contraposición con el índice de dependencia de mayores, un 5,35 por ciento en la población gitana.
Isidro Rodríguez ha animado a invertir en educación y Formación Profesional con el fin de que este colectivo estudie más allá de la educaión primaria, promoviendo también el avance de las claúsulas sociales, además de recordar la necesidad de cuidar el trabajo ambulante que sustenta a muchas familias, «protegiéndolo y dignificándolo». Además, ha destacado la importancia de «retener» los Fondos Estructurales con el objetivo de invertir en empleo y educación en los grupos más vulnerables.
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