RRHH Digital. Tal y como se destaca desde Setesca, la crisis está provocando un cambio en la forma en la que los directivos dirigen sus equipos. Uno de los modelos que está cobrando fuerza, como consecuencia de la situación económica, es el modelo de gestión basado en el miedo
“No veáis las noticias, ¡cómo está la cosa! ¡Cuánta gente en el paro!”, “No os podéis quejar”, “De momento, no tenemos previsto aplicar la reforma laboral…”, son frases que, cada día, los empleados tienen que escuchar. Y cada día más. Tal y como se sostiene desde Setesca, consultora especializada en la reducción de costes e incremento de la productividad y eficiencia operacional, el modelo en que los directivos dirigen a sus equipos está cambiando. Debido a la crisis, son muchos de ellos los que se inclinan por el modelo de gestión basado en la amenaza y el miedo.
El miedo paraliza
“Sin duda nos encontramos en un entorno especialmente complejo y es una opción muy tentadora para algunos directivos dirigir a sus empleados aprovechándose de su miedo”, sostiene Jordi Damià, Socio Director de Setesca a lo que añade “Sin embargo, este tipo de dirección lo único que provoca es paralizar al empleado, mermar el discurrir del talento y, por tanto, que no tome iniciativas novedosas que, probablemente, tendrían un impacto positivo en la empresa”. Es necesario un cambio de actuación, y dejar de lado la manera “histórica” con la que se ha trabajado hasta ahora. La situación actual requiere talento y este se paraliza con el miedo.
Sólo sobrevivirán los que tengan los mejores
Otro de los aspectos que se están descuidando mucho y que tiene que ver con la llamada gestión del miedo, es la desatención del talento en la empresa. Los directivos enfrascados en su búsqueda de beneficios y en “capear” la crisis no concentran sus miras en salvaguardar el talento existente en su empresa ni en buscar nuevo. Este es un aspecto altamente negativo ya que “solo sobrevivirán las empresas que dispongan de los mejores profesionales y estos están muy buscados. Si las empresas utilizan el pretexto de la crisis para no tratar de manera competitiva a sus colaboradores, los mejores se irán a otras compañías y solamente se quedarán aquellos que no pueden ofrecer la misma competitividad a la empresa” afirma Damià.
Como conclusión puede establecerse que el mejor directivo es aquel que sabe que dispone de los mejores colaboradores, y para ello debe ser exigente con el talento de su equipo, saber proteger aquel del que ya dispone y saber buscar aquel que se encuentra disponible. Premiar e incentivar los retos y los mejores es siempre más positivo que gestionar bajo amenaza.
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