RRHH Digital. El despido de una empleada de Mango, supuestamente por estar embarazada, ha desatado la polémica en la Red y una auténtica ola de solidaridad con la damnificada.
Laura trabajaba en la tienda que la firma de moda tiene en el Centro Comercial Las Rosas, en Madrid. Según cuenta ella misma en un vídeo, el pasado viernes comunicó a su encargada que estaba embarazada y ésta le recomendó que se marchara voluntariamente. Le dijo que estaban contentos con ella y que cuando naciera el bebé la volverían a llamar. Dada su negativa, «porque yo quería seguir trabajando, a las pocas horas me llamaron y me comunicaron el despido».
Ante esta situación, Laura decidió contar su experiencia «para que no vuelva a ocurrir». De forma paralela, su hermano Antonio Abad lanzó una petición en Internet al director de Responsabilidad Social Corporativa de Mango, para que la empresa reconsidere su decisión y readmita a su hermana. Más de 16.000 personas han secundado hasta ahora su propuesta.
Antonio cuenta que cuando Laura decidió comunicar la noticia de su embarazo era la una de la tarde. Cuatro horas después, recibió la carta de despido. «Como ella no firmó la carta, la supervisora buscó entre sus compañeras una que firmara como testigo. Al no acceder ninguna a participar de esa decisión injusta, presionaron a sus compañeras de la tienda hasta que una de ellas cedió y firmó», explica.
Laura, que será madre soltera, había decidido tener a su hija y sacarla adelante ella misma. «Por ese motivo decidió comunicar a la empresa su embarazo. Se lo dijo a su encargada, y ésta a su vez a la supervisora. Ahora se da cuenta de que cometió un enorme error», añade.
De dependienta a cajera
Según recoge la petición, sólo 15 días antes la empresa había aumentado el horario y el salario de Laura, y le había pasado de tienda a caja, «dándole más responsabilidad, reconociendo y distinguiendo el trato cariñoso que daba a sus clientes y su quehacer diario».
Su hermano asegura que «tanto su encargada como sus superiores habían manifestado en varias ocasiones lo contentas que estaban con ella y por eso decidieron premiarla con un «ascenso» dentro de la tienda. Además, desde el primer día había sido destacada por el gran nivel de ventas que tenía entre sus compañeras, como así certifican las cifras mensuales de esa tienda».
Mango, por su parte, niega estas acusaciones y afirma que Laura se encontraba en un periodo de prueba de dos meses, que finalizaba en los próximos días y que no superó. También desmienten que su cambio de funciones (de dependienta a cajera) supusiera una promoción.
Fuentes del grupo niegan que el despido se debiera a que se encuentre embaraza. «El 75% de nuestra plantilla está compuesta por mujeres de 30 a 35 años, en edad de procrear, y este año hemos tenido 251 bajas por maternidad», argumentan. Y añaden: «En esta empresa no despedimos a nadie por estar embarazada».
Pese a estas explicaciones, Antonio acusa a Mango de poner a la joven en una situación de «indefensión, exclusión social y discriminación» contraria «a los principios de un Estado de derecho y de la Constitución Española».
«Este es un acto de violencia contra la mujer, llevado a cabo por una empresa en cuya página web asegura que el personal es su prioridad», recalca.
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