Recursos Humanos Digital. El Real Madrid impidió la entrada de una persona discapacitada, Susana, en la última jornada de Liga, el domingo 13, que enfrentó al Real Madrid y Mallorca en el Bernabéu. Susana presentó el caso al Defensor del Paciente que ha tramitado la denuncia ante el Presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, con una carta donde relata lo ocurrido.
Los hechos ocurrieron cuando Susana intentó acceder, en silla de ruedas, a la zona habilitada para los minusválidos, con unos abonos que le dejaron ya que es aficionada pero no está abonada. Por la puerta de acceso a la zona, la 48, no le dejaron entrar con la excusa de que estaba llena.
Se dirigió a la puerta 40, que corresponde a los abonos, y de nuevo le volvieron a denegar el acceso, pese a que estaba dispuesta a adaptarse a cualquier zona, pero desde Seguridad se lo prohibieron. Al final tuvo que acceder a la grada en los brazos de su hermano y atar la silla a un árbol en las proximidades del estadio, bajo la atención de un camarero que se ofreció a vigilarla.
El Defensor del Paciente exige una investigación y que se depuren responsabilidades por un hecho que considera “grave y de discriminación absoluta”.
Susana se personó el miércoles al estadio para presentar una reclamación y no se la admitieron por no ser socia. El comunicado recuerda que en agosto del pasado año ya se presentó una denuncia por un caso similar
Era la primera vez que Susana iba a presenciar un partido en Chamartín y acudió junto a los miembros de la Peña Madridista de Torrejón, ya que le dejaron dos abonos para presenciar el partido. Al llegar a la puerta con acceso para las personas sin movilidad, la número 48, los encargados de la puerta le impidieron la entrada alegando que todas las plazas estaban ocupadas. Entonces, la joven se dirigió a la puerta 40, a la cual correspondían sus localidades. Allí no le dejaron acceder con su silla de ruedas.
Pese a sus ruegos, los empleados del Real Madrid hicieron oídos sordos y la joven, acompañada por su hermano, tuvo que tomar una determinación. Se dirigió a un bar cercano, donde ambos explicaron lo que había sucedido y pidieron al dueño que guardara la silla en su interior. Sin embargo, el establecimiento estaba lleno y Susana tuvo que dejar su silla de ruedas atada a un árbol próximo, con el compromiso por parte de los camareros del bar de que la vigilarían.
El club se escudó en dos leyes, la de espectáculos públicos y actividades recreativas, y la de promoción de la accesibilidad y supresión de barreras arquitectónicas, defendiendo que hay dos zonas en el estadio con 150 plazas reservadas para personas con problemas de movilidad.
No obstante, Susana Carretero denunció que el club no comprobó si esas plazas estaban ocupadas realmente por las personas que debían ocuparlas. «En las plazas reservadas no había tantas sillas ni muletas. Además, en el lugar donde nosotros teníamos los asientos había espacio más que de sobra para plegar mi silla y dejarla apartada», se quejó la aficionada en ’20minutos.es’.
Asimismo, la joven expresó su malestar por el trato recibido: «Ni se prestaron a ayudarme ni se presentó ningún responsable. No entiendo cómo puede pasar esto en un club como el Real Madrid».
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