Recursos Humanos Digital. El Gobierno del presidente boliviano, Evo Morales, solucionó la huelga de los médicos de hospitales del Estado que duró 53 días, al ratificar que está en suspenso un decreto que sube la jornada laboral del sector de seis a ocho horas, y cuya derogación no fue lograda por los galenos como pretendían.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, y el presidente del Colegio Médico de Bolivia, Alfonso Barrios, firmaron un convenio que establece que el sector mantiene su rechazo al decreto, considera insuficiente la suspensión y anuncia que presentará contra el mismo demandas en tribunales nacionales e internacionales.
Según el convenio, las demandas podrán ser planteadas en la Corte o en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) para saber si el decreto es compatible con normas internacionales.
Barrios declaró que con el apoyo del Gobierno harán consultas sorbe el decreto en organismos internacionales, aunque el ministro matizó que el Ejecutivo se limitará a informar a los dirigentes de cuál es el procedimiento que deben seguir en esos casos.
«Si ellos siguen cuestionando la norma, la pueden impugnar, pueden pedir dictámenes sobre la misma, pero para nosotros ese es un debate que se traslada a la cumbre de salud», agregó Romero, en alusión a una reunión que se celebrará en julio con el propósito de definir reformas profundas para la sanidad en Bolivia.
Morales decretó a fines de enero el incremento de la jornada laboral de los médicos con el argumento de que mejoraría la atención en los hospitales, pero el sector sostuvo que dos horas más de trabajo no cambian los problemas de salud porque los hospitales y sus equipos son viejos y funcionan con bajos presupuestos.
Los médicos también argumentan que las seis horas de trabajo son una conquista social de 1970 que no puede perder y con sus protestas, apoyadas por los sindicatos de los trabajadores de los hospitales y estudiantes de medicina, obligaron a Morales a dejarlo en suspenso, aunque no consiguieron que lo derogue.
El conflicto y la huelga, que comenzó a fines de marzo, provocó disturbios, que se saldaron con varios heridos y detenidos, e incluyeron protestas en varias ciudades con manifestaciones y bloqueos que incluso llegaron a cortar carreteras internacionales.
Una de las últimas manifestaciones violentas se produjo el jueves, cuando estudiantes intentaron llegar a un pueblo, en las afueras de la ciudad central de Cochabamba, para protestar ante una reunión internacional de universitarios organizada por la Organización de Estados Americanos (OEA), antesala de la asamblea oficial que se efectuará allí del 3 al 5 de junio.
Barrios dijo que un 90 % de las asociaciones de médicos aceptó el convenio y que el resto, entre ellas la de La Paz, que es una de las más grandes de Bolivia, respetó la decisión mayoritaria.
El acuerdo también establece que el Gobierno dejará sin efecto las demandas judiciales contra los médicos y universitarios que causaron disturbios las últimas semanas y no descontará sus salarios por los días no trabajados a cambio de que los repongan durante sus vacaciones.
El presidente de los médicos agregó que desde el lunes el sector normalizará la atención en los hospitales del Estado y confirmó que participarán en la reunión «cumbre» que se celebrará en julio.
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