RRHH Digital. Los responsables del programa de Inmigración de Cáritas Diocesana de Zamora han detectado que algunos de los extranjeros que residen en la provincia y a los que atiende la organización católica se enfrentan a «situaciones de explotación laboral».
Así lo ha señalado hoy Cáritas en un comunicado en el que advierte de que pese a la mayor precariedad laboral de los inmigrantes la crisis económica ha hecho que empiece a calar en la sociedad una percepción «cada vez más negativa» de este colectivo, en la que se refuerza «la imagen del inmigrante como competidor» en el empleo o las ayudas sociales.
Ello pese a que entre las personas inmigrantes a las que se ha atendido en el último año a través de este programa de Cáritas se han detectado numerosas situaciones de desempleo, así como casos de precariedad laboral con trabajos mal remunerados y con mayor tasa de temporalidad y situaciones de explotación laboral.
A estos problemas se suma la situación administrativa cada vez más complicada, ya que inmigrantes que durante años han residido legalmente en España encuentran ahora «muchas dificultades» para renovar sus autorizaciones de residencia y trabajo.
Otra dificultad para el colectivo de inmigrantes que atiende Cáritas en Zamora es el acceso a una vivienda, ya que algunos de los extranjeros a los que ha ayudado la organización no gubernamental católica se encuentran en la calle y otros en situaciones de hacinamiento.
«Familias enteras se ven obligadas a convivir en una sola habitación», según ha asegurado Cáritas Diocesana, que ha explicado que esa situación que ocasiona conflictos entre los que se ven obligados a vivir juntos en un espacio tan reducido e influye en un bajo rendimiento escolar de los menores.
En el último año, el programa de Inmigración atendió en Zamora a 136 personas, en su mayoría mujeres de entre 24 y 44 años mientras que los lugares de origen eran principalmente Bulgaria, Rumanía y países de Latinoamérica.
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