RRHH Digital. El profesor del Instituto Internacional San Telmo, Bartolomé Alarcón, que ha participado junto a otros expertos en el Foro Empresa Familiar Ayuntamiento de Madrid, para disertar sobre las formas de seguir emprendiendo en la empresa familiar, ha asegurado que la situación económica está reduciendo la capacidad de las empresas familiares para generar nuevas vocaciones emprendedoras. El profesor Alarcón explicó que, sin emprendimiento, “es imposible que la empresa familiar permanezca en el tiempo”, pero para que esto ocurra “la empresa debe estar sana y la familia también”.
Bartolomé Alarcón participó junto con Antonio Gassó, director general de GAES Centros Auditivos y Juan José Azcárate, consejero delegado de la empresa de formación CCC, en el V Foro de Empresa Familiar Ayuntamiento de Madrid, organizado por la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Familiar de Madrid (ADEFAM) y Madrid Emprende.
Para el profesor del Instituto Internacional San Telmo, el “enfoque clásico” nos indicaría que “emprender es una actitud y que ésta se transmite por contagio”, lo que sería equivalente a afirmar que “de ambientes emprendedores surgen nuevos emprendedores”. Sin embargo, esta dinámica se ha quebrado con la crisis. A su juicio, con la situación económica actual “es difícil contagiar a nadie para que emprenda”, porque quien lleva el timón de la empresa está agotado y tiene dudas acerca de la viabilidad de su proyecto. Desgraciadamente, “la empresa familiar está siendo el obstáculo para emprender, porque está sufriendo mucho como consecuencia de la caída de resultados”, aseguró.
Bartolomé Alarcón afirmó que la crisis, como periodo transitorio, terminó en 2009, y que ahora estamos ante una situación de estancamiento de precios y márgenes para las empresas que va a permanecer durante bastante tiempo. Ante esta situación, recomendó no esperar más a las supuestas soluciones que vengan de fuera: “tenemos que ser nosotros quienes nos curemos nuestras propias heridas”, recomendó.
A su juicio, no se pueden dirigir las empresas del mismo modo que se hacía antes de 2009, porque “el Gobierno es el imperio de las circunstancias”, dijo parafraseando a Cicerón, y recomendó que todos los empresarios se conduzcan como si la crisis hubiese terminado, para hacer las cosas de distinta manera. Para Bartolomé, emprender es un acto de iniciativa, y este valor está más condicionado por la abolición de la pereza y el fijarse una actitud de determinación y búsqueda de soluciones, que por la propia inteligencia.
Para el profesor del Instituto San Telmo, tres son los componentes de la iniciativa: “tener deseos de hacer algo, lanzarse y empeñarse hasta que salga bien”. “Tener iniciativa no depende del hecho de ser creativo o de la inteligencia; si fuera así, los más ricos del mundo serían los Premios Nobel, lo que no es cierto”, dijo.
Alarcón apeló a una actitud de resistencia y rebeldía de los empresarios para seguir adelante en medio de la adversidad. “La mayor responsabilidad de los emprendedores es no perder la esencia de lo que son, y mantener vivo su carácter para contagiar a sus hijos”, y recomendó diseñar siempre un plan b para afrontar una situación que se prevé larga.
Este plan alternativo debería ir acompañado de las siguientes recomendaciones: no esperar a que pase la crisis, sanear la empresa, considerar el tiempo como un factor más importante que el dinero para reaccionar a tiempo, aunque nos equivoquemos; ponernos manos a la obra para ejecutar y llevar a término los proyectos (“la ejecución es más importante que las ideas”); buscar nuevas oportunidades (“con la crisis las hay a montones”); dirigir desde el patrimonio, siendo conscientes de que nos jugamos lo que nos ha costado ganar con esfuerzo (“hay que volver a las empresas con dueños, frente a las de los gestores profesionales”), y forjar un proyecto común para que haya un solo rumbo en la empresa familiar y ésta no se resquebraje por las visiones divergentes de los miembros.
Soluciones, no problemas
Por su parte, el consejero delegado de CCC, empresa de formación 73 años de trayectoria, afirmó que el secreto para ser emprendedor después de 40 años trabajando en la misma empresa es “seguir en movimiento, mantener viva la curiosidad y estar alerta para iluminarnos y conseguir ser innovadores”. Según dijo, su lema como emprendedor es “ni miedo, ni pereza ni vergüenza”, y reveló haber creado un nuevo término para el management, SONOPRO, que significa “soluciones, no problemas”. “Quien colabore en tu empresa debe ser un emprendedor, como tú; por eso hay que contratar a gente con un alto coeficiente de optimismo y que sean SONOPROS”, bromeó.
Antonio Gassó, consejero delegado de GAES Centros Auditivos, aconsejó a los emprendedores cuidar la marca de sus negocios (“las marcas fuertes se recuperan antes de las recesiones”, dijo); optimizar sus organizaciones (“el mal tiempo hace buenos navegantes”) y no perder la calma, porque “los proyectos en marcha necesitan tiempo para alcanzar sus objetivos”. Asimismo, consideró muy importante “cambiar el paradigma dentro de la empresa”, es decir, “cuestionar lo que se hace siempre de la misma manera” y apostar claramente por el talento y cuidarlo.
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