RRHH Digital. El secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha asegurado este miércoles que la negativa del Gobierno a abrir «la puerta» de la negociación «aleja» la posibilidad de desconvocar la huelga general del 29 de marzo contra la reforma laboral.
En cualquier caso, el dirigente sindical no quiere «perder la esperanza» y ha recordado que hasta el día 29 queda tiempo para abrir un proceso de negociación tripartito en el que corregir la reforma aprobada por el Gobierno.
Méndez, en declaraciones a Telecinco recogidas por Europa Press, ha acusado al Ejecutivo de Mariano Rajoy de «despreciar la negociación» y ha denunciado que ni siquiera el Gobierno les ha informado de que iba a publicar una orden de desarrollo para aclarar los procedimientos a seguir en las regulaciones de empleo.
El dirigente sindical ha reiterado que la intención de los sindicatos es que se abra un proceso de negociación tripartito para modificar la reforma, y ha advertido de que, si esto no se consigue, el «escenario de rechazo», que «se agravará» con el contenido de los Presupuestos Generales del Estado, «probablemente se tenga que alargar en el tiempo».
No obstante, Méndez no quiere situarse en esa hipótesis y sigue confiando en que el Gobierno rectificará y que el día 29, el de la huelga general, será el día en que el Ejecutivo «empiece a reflexionar».
El líder de UGT ha dejado claro que convocar una huelga «no es una actividad deportiva» y ha dicho que los sindicatos siempre han sido «cuidadosos» a la hora de ejercer este derecho «democrático y constitucional».
«Sólo hemos convocado huelgas cuando no ha habido alternativas», ha subrayado Méndez. «Iremos a la huelga para exigir soluciones de verdad y que se tenga en cuenta que el paro es un problema prioritario, porque este Gobierno se ha desentendido de él», añadió.
Méndez no entiende por qué se «ha precipitado» la aprobación de la reforma laboral si se tiene en cuenta que el propio Ejecutivo ha reconocido que no va a tener efectos en el corto plazo, aunque el dirigente de UGT tiene claro que sí que los va a tener, en forma de más despidos.
En su opinión, la «precipitación» de esta reforma por parte del Gobierno podría interpretarse como una «moneda de cambio» hacia la UE para poder retrasar la presentación de los Presupuestos al 30 de marzo.
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