RRHH Digital. Los modelos de negocio están cambiando a un ritmo acelerado y en muchos sectores lo están haciendo de manera radical. Se precisan cancelar viejos paradigmas y aprender a hacer las cosas de manera diferente. Las organizaciones del futuro necesitan de un nuevo tipo de profesionales, y como consecuencia de ello, también de nuevos modelos y metodologías de formación y desarrollo. “Al igual que no podemos pensar que los grandes se comen siempre a los pequeños y que los éxitos pasados nos garantizan los éxitos futuros, tampoco podemos seguir pensando que “la letra con sangre entra” ni que los modelos formativos del siglo pasado siguen siendo válidos para preparar a las organizaciones y los profesionales del denominado siglo de la innovación”.
Así de rotundo se expresaba Fernando Botella, CEO de Think&Action, en un reciente encuentro con directivos de RRHH y de Formación que esta consultora especializada en formación y desarrollo organizó en Barcelona bajo el título “Excelentemente. Una nueva visión de la formación y el desarrollo en el s.XXI”.
En el encuentro -celebrado para presentar la nueva delegación de Think&Action en Barcelona a un reducido grupo de profesionales de los RRHH, y en el que también participó Ramón Fauria, artista de la mente, formador, motivador y coach-, Fernando Botella explicó que la formación tiene mucha relación con la excelencia –“con alcanzar nuevas formas de hacer para lograr mejores resultados”- y con la mente –“con el cambio de creencias y de expectativas”-, de ahí el título del mismo. En este sentido, el máximo representante de la compañía ofreció a los asistentes tres claves que, a partir de la experiencia de su compañía, debe contener hoy todo programa formativo para resultar exitoso.
Enseñar a crear: “Todo programa de formación siempre debe llevar asociado un cambio, debe enseñar a superar viejos modelos y a buscar nuevas oportunidades, nuevas ideas… En Think&Action nos gusta decirlo de esta otra manera: enseñar a pintar la realidad de una forma desacostumbrada. Tanto las organizaciones como sus profesionales necesitan y deben resetearse de vez en cuando y es por ello que cualquier acción formativa debe contemplar el desaprendizaje y la modificación de antiguas creencias y expectativas como una palanca prioritaria para activar el cambio”, explicó Botella.
Pasar a la acción: “Las nuevas ideas son necesarias siempre y cuando se traduzcan en nuevos comportamientos y nuevas formas de hacer. Si no, no servirán para nada. En Think&Action siempre decimos que saber no es lo mismo que hacer y que aprender y no hacer no es aprender. La acción es el único camino que conduce al cambio y el auténtico motor del verdadero aprendizaje. En Think&Action estamos convencidos de que el cambio real, el que impacta en resultados, se produce desde el “on”, y por eso todos nuestros programas se diseñan con seis ingredientes fundamentales: participación, automotivación, emoción, visualización, diversión e ilusión”, explicó.
El CEO de Think&Action añadió otro elemento clave además de la acción: la perseverancia y, en este sentido destacó el papel fundamental que tienen los planes de seguimiento y de acción: “La mayor dificultad de un programa formativo no es asegurar la adquisición de conocimiento, sino conseguir que el participante traslade ese conocimiento a su rutina. Y para ello es necesario mantener el esfuerzo en el tiempo. Por eso son absolutamente básicos los programas de seguimiento. Generen programas de seguimiento en forma de mentorización, de coaching, etc., desarrollados con apoyo externo o a nivel interno, y verán incrementado el éxito de sus planes de formación”, afirmó.
Lograr resultados: “Cuando una organización invierte sus recursos en la formación de sus directivos y profesionales lo hace buscando que algo cambie, para abrir la puerta a un futuro diferente y conseguir así mejores resultados. El aprendizaje que no se traslada al día a día y que, por tanto, no obtiene resultados diferentes, no es un aprendizaje de éxito. El cambio es real sólo cuando sucede algo como consecuencia; si con él no se logra influir en los resultados obtenidos, no hay verdadero cambio. Por eso, un buen programa formativo del s.XXI debe abordarse desde la óptica del cambio transformacional”, según Botella.
Los comentarios están cerrados.