RRHH Digital. El presidente de la CEOE, Juan Rosell, ha criticado que, con las estadísticas en la mano, los desempleados encuentran trabajo «milagrosamente» cuando falta un mes o dos para agotar su prestación.
En una entrevista a Expansión recogida por Europa Press, el patrón de patronos recalca que durante los meses anteriores, estos desempleados consumen sus prestaciones, lo que está generando al año un gasto de unos 30.000 millones de euros.
Por ello, sugiere que, como en Francia, se considere a los desempleados como «trabajadores del Estado», de forma que «a la mínima que puedan conseguir un empleo lo acepten, les guste o no», en lugar de tener una «actitud complaciente».
Para ello, no concreta si sería necesario retirar la prestación al desempleado que rechace una oferta, como días antes pidió el presidente de la Comisión de Economía de CEOE, José Luis Feito, pero recuerda que «en España, la ley dice que una persona se queda sin protección cuando rechaza la tercera oferta» y añade que «eso hay que mejorarlo».
No obstante, Rosell propone mejorar la intermediación laboral, ya que «los servicios públicos de empleo no funcionan ni a la de tres», pues solo consiguen trabajo al 3% o al 4% de los parados. Asimismo, apuesta por que la formación sea «obligatoria» para los desempleados.
NO DEBEN EXISTIR LOS DESPIDOS IMPROCEDENTES
Por otro lado, el presidente de la CEOE asegura que la reforma laboral del PP permitirá reducir el despido procedente de casi el 70% actual al 15% o al 10% de los contratos, es decir, a que más del 85% de las extinciones tengan una indemnización de 20 días por año.
«Los despidos improcedentes no deberían existir, porque no podemos decir que todos los empresarios y todas las empresas sean malas, que seamos todos fraudulentos, y lo hagamos todo fuera de la ley», añade, para apostillar: «Tenderemos a unos porcentajes que estarán dentro de la normalidad».
UNA AMNISTÍA FISCAL
Una vez aprobada la reforma laboral, Rosell sigue dando por hecho que no se creará empleo en 2012 porque sigue sin fluir el crédito a las empresas. «Básicamente, lo que piden las empresas es mucha refinanciación y poco crédito nuevo», matiza.
Una solución sería, a su juicio, establecer mecanismos para que la Administración pague a sus proveedores, en línea con el que prepara el Gobierno y que podría aprobarse en el Consejo de Ministros de este viernes.
En cuanto a la forma de obtener los recursos necesarios, Rosell pide estudiar la experiencias de Italia o Francia, que han aplicado amnistías fiscales para recuperar el dinero negro en circulación. «Quizás debiéramos analizar qué están haciendo los diferentes países, evaluar si sería positivo o no», sentencia.
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