RRHH Digital. El presidente de la Comisión de Economía y Política Financiera de la CEOE, José Luis Feito, ha asegurado este martes que muchas de las ofertas de empleo que se rechazan en España se debe a que implican un traslado, bien fuera de la comunidad de residencia o dentro de la misma comunidad o incluso, dentro de la misma ciudad, de un barrio a otro.
«El español, en general, no sólo es reacio a desplazarse de una ciudad a otra fuera de su autonomía, sino que le cuesta mucho desplazarse de una ciudad a otra dentro de su autonomía y los indicadores muestran que España tiene una rigidez de movilidad tal que hay negativas a desplazarse de un barrio a otro dentro de una ciudad», ha afirmado.
Feito, en declaraciones a Onda Cero y a ABC Punto Radio recogidas por Europa Press, ha subrayado que los indicadores apuntan que, «desgraciadamente», en las últimas dos décadas la movilidad laboral en España se ha reducido «extraordinariamente», tanto en momentos de bonanza como en épocas de depresión.
El dirigente empresarial ha indicado que el grueso de las ofertas de empleo que se rechazan «están siempre concentradas dentro de la ciudad y dentro de la provincia».
El presidente de la Comisión de Economía de la CEOE ha aclarado sus palabras ayer sobre el rechazo a ofertas de empleo y ha dicho que cuando se refirió a Laponia estaba hablando de que en los países escandinavos, admirados por sus Estados de Bienestar, no permiten rechazar ofertas de trabajo aunque se encuentren poblaciones muy alejadas del centro.
«En estos países hay una cultura que está sustentada en una serie de incentivos, de manera que la administración pública es muy poco tolerante respecto a los casos en que no se aceptan ofertas de trabajo y se pretende seguir percibiendo la prestación. Son más restrictivos, pero no sólo porque haya una ley, sino porque la propia autoridad administrariva, los servicios de empleo, ejercen mucha presión sobre el individuo», ha declarado.
EL SISTEMA ESPAÑOL NO INCENTIVA LA BÚSQUEDA DE EMPLEO
Feito ha explicado que en el caso español «no es una cuestión de fraude, en absoluto», sino de incentivos, pues la estructura del subsidio del paro en España está configurada desde hace tiempo como una especie de renta «que induce al trabajador a no buscar empleo hasta que desgraciadamente es tarde, está descapitalizado y tiene dificultades enormes para lograrlo».
Además, el representante empresarial ha explicado que cuando uno pierde un empleo, la tendencia natural es buscar un puesto de trabajo que esté remunerado como mínimo igual que el anterior.
«En tiempos de prosperidad económica, la pérdida de un puesto de trabajo normalmente no tiene por qué llevar a una reducción del nivel salarial, porque rápidamente se encuentra empleo. Pero en tiempos de depresión económica, sin embargo, esa tendencia natural desgraciadamente se puede volver autodestructiva para el individuo, porque se puede encontrar con que las escasas y nulas posibilidades de empleo que puede tener se hacen aún mucho más difíciles a medida que permanece en el paro», ha señalado.
Respecto a la reforma laboral y su impacto en el coste del despido, Feito ha asegurado que «está por ver» si la reforma laboral lo abarata o no y consigue que los despidos procedentes sean la vía habitual de salida del mercado laboral frente a la situación existente anteriormente, donde el despido improcedente era el mecanismo más usado. «Si eso se consigue, en tiempos de bonanza se creará más empleo y en tiempos de depresión se destruirá menos», ha añadido.
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