RRHH Digital. En muchas empresas españolas ya se están creando departamentos de “Inteligencia Corporativa”, según ha explicado Rafael de Espona, Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y Consejero del Instituto de Relaciones Internacionales y Ciencia Política – TSPMI , en su conferencia “Los nuevos departamentos de inteligencia corporativa. Un valor en las empresas y su importancia en la estrategia”, impartida en el campus de Dehesa de la Villa de Nebrija Business School.
Esta disciplina surge en el ámbito de los servicios de inteligencia, como una “herramienta para generar conocimiento a partir de la adecuada obtención y tratamiento de la información”, señala.
“Al igual que los servicios de inteligencia de los Estados informan a sus gobernantes y al estado mayor de la defensa sobre situaciones críticas e intereses, los departamentos de inteligencia corporativa informan al órgano de gobierno de una compañía”, afirma.
Explica el profesor Rafael de Espona que la aparición de la Inteligencia Corporativa es reciente en España “pero con gran tradición en Estados Unidos y Reino Unido principalmente (y, en menor medida, en Francia, Alemania o Suecia)”.
La Inteligencia Corporativa se define como “la Inteligencia especializada en el ámbito corporativo y desarrollada por la propia entidad como función corporativa”. Aporta conocimiento al gobierno corporativo y a la dirección ejecutiva para su toma de decisiones, “con gran trascendencia a nivel estratégico pero también aplicable en los escalones operacional y táctico”.
Su materia es económica, y destaca “(sin limitarse)” el sector empresarial y el negocio en la esfera de interés corporativo concreto. “Si bien presenta aspectos conceptuales y procedimentales idénticos a la Inteligencia propia de los servicios del Estado, la Arquitectura de Inteligencia Corporativa exige un ajuste específico orgánico y metodológico al ámbito del negocio y a la estructura de la sociedad. “Las fuentes de información y técnicas de obtención están limitadas (a fuentes abiertas, con prohibición legal del espionaje) y requiere un enfoque metodológico integrado holístico acorde con la cultura e identidad corporativa”, añade el Dr. Rafael de Espona.
En opinión de este experto, en la llamada “era de la información”, la ingente cantidad de información y múltiples vías de acceso y comunicación en tiempo real crea problemas de saturación y ruido informativo, al tiempo que requiere nuevos sistemas de protección de la información. Por ello, “la Inteligencia se dirige a la consecución del conocimiento verdadero partiendo del tratamiento metodológico de una información seleccionada que, de por sí, puede no ser de gran utilidad”.
Las fases del proceso de Inteligencia son las siguientes: dirección -que fija los objetivos informativos-, obtención -que recolecta la información por diversas fuentes técnicas o humanas-, producción/elaboración -la cual estructura la secuencia de evaluación, integración, análisis e interpretación de la información- y, finalmente, difusión -que confecciona el informe para su destinatario.
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