RRHH DIgital. El año 2011 ha sido «singular» en materia de incendios porque la temporada de fuegos se amplió casi hasta noviembre y aumentaron en más de un 35 por ciento respecto a 2010, según ingenieros técnicos forestales, ya que este año han ardido un total de 84.490 hectáreas, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, aunque se mantiene como el tercer mejor ejercicio de los últimos diez años.
Así, el secretario general del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales, Raúl de la Calle, ha explicado a Europa Press que este año los incendios han estado más o menos en la media, pero han crecido en un 35,17 por ciento respecto al anterior porque ha sido «un año singular».
En ese sentido, ha precisado que se han alargado las fechas de peligro de incendios forestales por el final de verano e inicio de otoño de carácter «muy caluroso», ya que, «normalmente», noviembre no es un mes «peligroso» y se suele dedicar más a la prevención que a la extinción. Sin embargo, en 2011 varios de los incendios más importantes de la temporada se han producido en ese mes. «Esto no es habitual otros años», ha apuntado, mientras en este, «especialmente», en algunas zonas de Levante y Galicia se han producido temperaturas que «no son habituales».
A su juicio, una de las posibles causas reside en la reducción presupuestaria en la materia en «la mayoría» de las consejerías de Medio Ambiente de las Comunidades Autónomas, que son las que deciden qué presupuesto destinar a prevención y a extinción. «Se ha notado descenso de inversión, sobre todo en tratamientos selvícolas», ha agregado, y ha acusado a Castilla y León (reducción del 50 por ciento) o a Castilla-La Mancha como dos comunidades que han realizado un «descenso brutal» de esta partida en 2011 y que para 2012, «ya hay recortes en el personal para tratamientos selvícolas».
UN GRAN INCENDIO: UN GRAN DRAMA
Asimismo, ha dicho que para los forestales la cifra de 18 grandes incendios (más de 500 hectáreas) es «una estadística mala» porque el objetivo es que este número sea «el más bajo posible». «Este año se han registrado 18 verdaderas catástrofes económicas, ambientales y sociales. Es un drama», ha apostillado, al tiempo que ha incidido en que el mayor problema de un incendio comienza cuando se apaga y se tiene que comenzar a recuperar la zona.
De estos grandes fuegos, varios han superado o se han acercado las 4.000 hectáreas, es decir, el equivalente a un poco más que el estadio de fútbol más grande de España, el Camp Nou (Barcelona). «Estamos hablando de algunos incendios que equivalen a unos 4.500 Camp Nou», ha apuntado.
De cara al próximo periodo de incendios ha advertido que «todavía es muy pronto para saber qué pasará porque la época de riesgo comienza en junio» pero que, en todo caso, si se retrocede en prevención del fuego y el inicio de la primavera es muy lluvioso y su final muy caluroso, habrá gran cantidad de material herbáceo seco que se convierte en «combustible de alta inflamabilidad».
Sin embargo, ha agregado que en la cornisa cantábrica la época de incendios forestales comienza a finales de enero y se extiende a febrero y marzo. «Que allí haya ahora una sequía estacional, aunque tengan un clima más húmedo, sumado a los frentes secos de aire que vienen, es un gran problema», ha valorado porque «los primeros fuegos se podrán empezar a ver ya».
Sobre los principales avances en materia de incendios en esta década, ha destacado la fórmula de ponderar más eficientemente la inversión en prevención-extinción. «Habría que doblar los esfuerzos en materia de prevención. Lo que invertimos en extinción de incendios no aumenta la eficacia al apagarlos en función de la inversión», ha detallado el secretario del COITF.
Por ámbito geográfico, ha subrayado que Galicia es la comunidad que más fuegos padece aunque es una de las que mayor productividad forestal tiene y mejor capacidad de recuperación por su clima atlántico, junto a Asturias. En segundo lugar ha señalado a Castilla y León y, en particular a las provincias más occidentales (León, Zamora y Salamanca). Por el contrario, ha manifestado que «los mejores» en esta materia han sido Cantabria y País Vasco.
Por su parte, el Vicepresidente de la Sociedad Española de Ciencias Forestales, Rafael Serrada, considera que cada año tiene sus características y que es muy difícil pronosticar cómo será la próxima campaña.
En todo caso, ha reflexionado que este periodo está siendo «muy seco y anticlónico y ya dura más de la cuenta», lo que influye en la contaminación y en la inminente época de incendios de la cornisa cantábrica, aunque «no solo dependen de la meteorología», sino también del abandono rural y del aumento de combustibles».
Igualmente, ha lamentado la reducción de presupuesto para tratamientos de prevención por motivos económicos y ha elogiado los medios de extinción en los que se ha realizado un «gran esfuerzo» en los últimos años. Por ello, ha insistido en que la prevención debe comenzar a principios de octubre y no cesar al menos hasta mediados de mayo para evitar una combustibilidad mayor.
«De cara al verano que viene, se pueden mantener niveles de siniestralidad aceptables y mínimos, gracias a una combinación de todas las estrategias. Hay que procurar avanzar en la prevención. En unas condiciones desafortunadas un mismo incendio puede convertirse en catastrófico», opina.
Finalmente, ha apelado a la capacidad de las comunidades autónomas de compartir medios, sistemas, tecnologías y sobre todo un mismo lenguaje a este respecto porque «algunas tienen celos o reivindicaciones ‘fronterizas’ que restan eficacia al conjunto de esfuerzos». «El fuego no reconoce fronteras», ha concluido.
BALANCE 2011
El fuego arrasó un total de 84.490 hectáreas en 2011, lo que representa un 35,17 por ciento más que en 2010, que fue el segundo mejor año del decenio después de 2008, cuando ardieron 50.322 hectáreas, según los datos definitivos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente a los que ha tenido acceso Europa Press.
Así, según estos datos, que van del 1 de enero al 31 de diciembre de 2011, este ejercicio se ha quemado un 25,78 por ciento menos que la media del decenio (113.847 hectáreas), aunque ha resultado afectado el 0,305 por ciento del territorio nacional, frente al 0,198 por ciento de 2010.
En total en el pasado año se han producido un total de 16.028 fuegos, de los que 10.655 fueron conatos (menos de 1 hectárea) y 5.373, incendios (más de una hectárea). De estos, se registraron 18 grandes fuegos (más de 500 hectáreas), un número que supera a los 11 de 2010, los 6 de 2008 o los 16 de 2001 y 2007. Sin embargo, el número de grandes incendios del pasado año pasado registró nueve menos que la media de la década pero siete más que en 2010.
Por tipo de vegetación, 61.646 hectáreas quemadas eran de superficie matorral y monte abierto; 4.480 hectáreas eran de pastos y dehesas, y 18.363 hectáreas eran de superficie arbolada.
Mientras, por ámbito geográfico, el 60,84 por ciento de los siniestros se produjo en las regiones del noroeste; el 25,63 por ciento en las comunidades interiores; el 12,92 por ciento en el Mediterráneo y el 0,61 de los fuegos se registró en Canarias.
En cuanto a la vegetación quemada, el 77,29 por ciento de la superficie forestal quedó arrasada en el noroeste; el 12,44 por ciento en las comunidades interiores; el 10,19 por ciento en el Mediterráneo y el 0,08 por ciento de la superficie forestal ardió en Canarias.
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