Recursos Humanos Digital. Las empresas catalanas mejoraron la productividad y redujeron la deuda entre 2009 y 2010 tras 20 años (1990-2009) con «un patrón de crecimiento desequilibrado, con una gran inversión en activos y basada en la deuda, que no se traducía en un aumento igual en las ventas».
Así lo ha explicado en la Cámara de Comercio de Barcelona el catedrático de Economía Financiera de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), Oriol Amat, en la presentación del Informe anual de la empresa catalana 2009-2010, que estudia datos del Banco de España de grandes y medianas empresas, que representan el 30% del PIB empresarial –excluyendo el sector público–.
El informe se elabora desde hace más de 20 años, y es el tercero en el que colabora la Cámara de Barcelona, ha señalado su presidente, Miquel Valls.
En 2010, las ventas mejoraron gracias a la apuesta por las exportaciones, y la productividad mejoró por la reducción de los salarios reales y de los costes de financiación reales.
La reducción de la deuda de las empresas se vio impulsada por el retroceso de los márgenes empresariales y las restricciones de acceso al crédito, lo que llevó a muchas compañías a priorizar la autofinanciación.
El resultado financiero de las empresas catalanas fue mejor que el de las españolas, lo que se tradujo también en un mejor resultado ordinario, pese a que las empresas españolas tuvieron una mejor evolución de la actividad y el valor añadido; de forma que la rentabilidad de las catalanas fue mayor.
Con todo, el empleo siguió cayendo, afectando sobre todo a los contratos temporales, lo que dejó a las empresas con menor flexibilidad, ya que aumentó el peso de la plantilla fija a más del 80%, ha explicado Amat.
Como positivo, ha destacado que en 2010 aumentaron las empresas catalanas que compraron otras, lo que es favorable, ya que la rentabilidad de las adquisiciones en momentos de caída económica es mayor que en periodos de bonanza, ha incidido.
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