RRHH Digital. La sección sindical de UGT en Caja Cantabria cree que existe un «pacto oculto» entre el Consejo de Administración de esta entidad de ahorro y su exdirector general, Javier Eraso, porque el primero se ha «alineado» con el segundo en lugar de «defender los intereses de la Caja». Además, el sindicato ha estimado que la indemnización total de Eraso «se acercará mucho» a los seis millones de euros.
Por ello, UGT está estudiando «tomar medidas» para que no se haga efectiva su indemnización, concretamente, la posibilidad de denunciar al Consejo de Administración «por la responsabilidad que supone aceptar la rescisión del contrato».
«En todas las cajas se habla de indemnizaciones millonarias y eso hay que denunciarlo, públicamente y legalmente. Nosotros pondremos todos los medios para intentar evitar estos escarnios, porque al final todo repercute en la sociedad cántabra, que es a la que están destinados los dineros y los beneficios de las cajas de ahorros».
Así lo ha manifestado este lunes en rueda de prensa el secretario general de UGT en Caja Cantabria, Manuel Elorza, que ha estado acompañado por el secretario de Organización de esta sección, Dionisio Roiz, y el consejero general de Caja Cantabria, Jesús de Vicente.
Elorza también ha anunciado que la sección sindical denunciará esta situación en la Asamblea General de Caja Cantabria que se celebrará el día 17. Si bien la rescisión del contrato no está en el orden del día –porque éste se fija con un mes de antelación–, la aceptación tendrá que pasar por la Asamblea, ya que «las decisiones de este calibre tienen que ser ratificadas» por este órgano, ha dicho.
Y UGT no descarta que Eraso, una vez solucionado su «problema de incompatibilidad», opte a ser candidato para la asamblea y así «llegar» al Consejo de Administración y a la Presidencia de la Caja.
«PACTO OCULTO»
Elorza ha explicado que el sindicato cree que existe un «pacto oculto» entre el Consejo y Eraso por el pronunciamiento de «aceptación» por parte del primero de la «rescisión unilateral» del segundo. Igualmente se apoya en que el abogado que asesora al Consejo de Administración es el abogado de Eraso.
El pacto iría dirigido a la retirada de Eraso de la Presidencia. «Yo me voy pero me llevo mi dinero; os dejo vía libre para que podáis poner a quien sea y yo me voy con lo mío y me callo», ha ilustrado.
No obstante, ha reconocido que desconocen si el pago del blindaje «es el precio de la marcha de Eraso o de cualquier otra contrapartida». Sí están «seguros» de que se marchará con la indemnización de ese blindaje más la capitalización de su fondo de pensiones, una cantidad que estima «se acercará mucho a los 1.000 millones de pesetas».
En este sentido, Elorza ha manifestado que a su sección sindical le «sorprende negativamente» el «contraste entre la saña con que el Consejero y Eraso han perseguido estos años atrás a auxiliares, ordenanzas y telefonistas hasta el Tribunal Supremo y la comprensión que ahora tienen esos mismos consejeros con los derechos de Eraso, comprensión que les hace aquietarse hasta el punto de no recurrir ni a los tribunales».
En su opinión, como el Consejo ha aceptado la rescisión, «implícitamente parece mostrarse consciente de haber infringido un daño considerable a Eraso, hasta el punto que éste se sienta con derecho a ser resarcido. Si es así, deberían explicar públicamente cuál es ese daño en lugar de ocultarlo. Y si no existe el daño ¿por qué indemnizarle?».
Además, Elorza se ha preguntado «qué es lo que mueve al Consejo a alinearse con la postura de Eraso, abandonando en una sorprende dejación de funciones la defensa de los intereses de la Caja, teóricamente opuestos a los de su exdirector». «Es como si tuvieran miedo al juicio de esa opinión pública, harta de maniobras de altos directivos de ambición desmedida, gestión mediocre y nulo sentido de la ética», ha considerado.
Además, para el representante sindical «no es normal» que el día que Eraso planteó la rescisión del contrato, con «cláusulas blindadas que ha negado por activa y por pasiva», el Consejo lo aceptara y también la correspondiente indemnización, y más cuando la Caja «no tiene fondos» para hacer efectiva la indemnización «a no ser tirando de la Obra Social».
«TRABAJA POR Y PARA SU DINERO»
En este sentido, a Elorza le resultaría «extraño» que el exdirector general renuncie a la indemnización por la «presión social». «Conociéndole, no sería capaz de renunciar ni a pasar la nota del café que toma con los consejeros. Él trabaja por y para su dinero», ha subrayado.
De momento, UGT cree que podría producirse un «desencuentro jurídico» entre la Caja y Liberbank por el pago del blindaje. El segundo ha dejado claro que no quiere pagar porque Eraso no es un alto directivo del banco, con lo que sólo quedarían los fondos de la Obra Social de Caja Cantabria.
Al respecto, el representante sindical ha indicado que si se produjera este hecho, no estaría en riesgo «toda la labor» de la Obra Social, dotada con entre «15 y 20 millones», en función de los beneficios de la entidad, pero sí supondría una «reducción muy importante» para la Obra Social. «Todas las entidades a las que da cobertura quedarían desprovistas de muchas de las ayudas que necesitan para mantenerse», ha afirmado.
No obstante, Elorza cree que Eraso tendrá que acabar reclamando la indemnización por la vía judicial dado que ni la Caja ni Liberbank quieren hacerse cargo.
Aunque existen «contrato y cláusulas», que es el argumento de algunos consejeros para cumplir el acuerdo con Eraso, UGT también mantiene que hay «condiciones» para «no hacer efectiva esta indemnización». Así, se ha remitido a sus denuncias anteriores de la «nefasta gestión» de Eraso, que «ha avocado a la desaparición de Caja Cantabria».
«ARTÍFICE DE LA DESAPARICIÓN DE LA CAJA»
Al respecto, Elorza ha denunciado que «quien puede marcharse a su casa con unos 1.000 millones de pesetas es el artífice de la desaparición de la Caja después de 113 años de liderazgo financiero en Cantabria».
Así, ha dicho que con Eraso de director general, la Caja atravesó una situación «delicada» con lo que «no nos quedó más remedio que entrar en un proceso de integración», además de que en los últimos trimestres no se han presentado las cuentas ni al comité de empresa ni a los medios de comunicación, «un síntoma de que algo pasaba». Igualmente la entidad vio reducido su capital social y con unos activos «más grades y fuertes que Caja Extremadura», tiene una participación dentro de Liberbak del 14 por ciento frente al 20% de la entidad extremeña.
Por eso, en su opinión, Eraso se ha «adelantado» y pedido la rescisión «antes de que se hubieran tomado otras medidas».
En cuanto al proceso de renovación de cargos, Elorza ha manifestado que no lo «acabamos de entender» porque la «paralización» se ha producido «únicamente para dar entrada a Eraso en el Consejo de Administración», cuando tendría que haber seguido «normalmente» ya que los miembros de la asamblea se pueden incorporar posteriormente.
«Pero aquí parece que se estaba esperando a una persona, que lo único que importaba es que Eraso metiese la cabeza, y se ha hecho todo lo posible por paralizar la renovación», que acumula un retraso de tres meses. Y el «pacto oculto» parece indicar que «todo va a seguir adelante».
Al respecto, ha apuntado el «acuerdo tan rápido» entre Eraso y el Consejo. «Algo tenían que haber hablado previamente y no cerramos la posibilidad de que Eraso acceda a la Asamblea o a la Presidencia», ha subrayado. Y ha recordado que ya no existe la incompatibilidad entre ser empleado y ser presidente, con lo que «podría optar nuevamente por los ayuntamientos a ser candidato».
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