RRHH Digital. El 90 % de las personas que realizan trabajos en el hogar en Baleares, sin incluir a familiares, no tienen ningún tipo de contrato laboral, lo que provoca que no tengan derecho al cobro del paro, que estén desprotegidas ante accidentes de trabajo o que se produzcan abusos en sus horarios laborales.
Este porcentaje de irregularidad laboral corresponde al año 2011 y el mismo ha aumentado dos puntos respecto a 2009 cuando las personas sin contratos en las islas alcanzaban el 88 % frente al 12 % que sí realizaban su labor de manera legal.
Son datos del último sondeo realizado por Gadeso en Baleares, que concreta que de las personas que trabajan en hogares ajenos el 54 % son extranjeras, la mayoría sudamericanas, mientras que el 46 % son españolas.
Casi todos los empleados son mujeres y de las mujeres extranjeras que realizan tareas en el hogar sin contrato, más de la mitad, en concreto el 56 %, se encuentran en las islas de manera irregular.
Las principales funciones que desarrollan son el cuidado de la casa, las personas mayores y los niños.
Ante la intención del Gobierno y de los sindicatos de incluir a estas empleadas en el Régimen General de la Seguridad Social y para luchar contra la economía sumergida, el 43 % de las personas encuestas por Gadeso opinan que esta reforma laboral debería ser «mucho más decidida» de la inicialmente planteada dada la importancia del servicio doméstico.
El 37 % cree que este cambio legislativo no servirá para nada y que la situación de las empleadas del hogar continuará siendo mala y el 15 % que la intención es buena, aunque habrá que esperar a ver los efectos de la nueva ley.
Solo el 5 % de los encuestados manifiesta que la variación de la legislación será positiva y servirá para garantizar derechos y luchar contra la economía sumergida.
La mayoría de mujeres inmigrantes dedicadas al servicio doméstico tienen entre 31 y 45 años y el 49 % dispone de estudios primarios. Llama la atención, indica este informe, el relativamente elevado porcentaje de inmigrantes con estudios secundarios (35 %) y superiores (9 %) y el significativo crecimiento del número de trabajadoras domésticas que tienen este nivel de formación académica.
Gadeso advierte de que se ha instaurado en la sociedad la idea de que la persona que realiza trabajos domésticos en un hogar ajeno no necesita tener un contrato, ni cotizar a la Seguridad Social, ni tener los mismos derechos que otros trabajadores. Habitualmente este tipo de contratación se realiza por referencias de una familia a otra.
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