Recursos Humanos Digital. Los sindicatos CCOO y UGT han convocado cuatro jornadas de huelga en las salas de cine de la Comunidad de Madrid, los días 18 y 19 de noviembre, y 3 y 23 de diciembre, además de una concentración este martes frente al Ministerio de Cultura.
Estos sindicatos, que representan a 2.800 trabajadores de salas de cine en la Comunidad de Madrid, protestan por el estancamiento en la negociación del convenio colectivo de las salas de cine en la región por la «inmovilidad de la patronal, que mantiene el sector en una situación de precariedad», aseguran en un comunicado.
En marzo pasado se constituyó la mesa negociadora del Convenio Colectivo de Salas de Exhibición Cinematográfica en la región, integrada por CCOO y UGT y las patronales Federación de Cines de España (FECE) y Sociedad de Empresarios de Cine de España (SECIES), pero la mesa se rompió en junio siguiente por falta de acuerdo, según han explicado fuentes de UGT.
El pasado día 3, la patronal convocó nuevamente a los sindicatos, pero se mantuvo «en su posición de no hablar de las categorías profesionales, no hablar de la jornada laboral para exprimir más a las plantillas y, además, no hablar de una subida salarial por encima de IPC», según CCOO.
De ahí la decisión de ambos sindicatos de convocar los cuatro días de huelga, dos de ellos en noviembre a partir del próximo viernes, que han sido solicitados hoy al Instituto Laboral de Madrid, según las mismas fuentes.
Los sindicatos recuerdan que la patronal firmó en 2010 el Convenio Colectivo de Barcelona, vigente hasta 2012, con «una tabla de incremento salarial basado en el IPC más un 0,2% y partiendo de unos salarios que son un 17% más altos en media que los que se pagan en Madrid», pese a que la recaudación en Madrid superó en «39,5 millones la recaudación de Barcelona en 2010», ha explicado una fuente de UGT.
Los sindicatos denuncian, asimismo, la destrucción de empleo en el sector y han citado como ejemplo que en algunas salas, como CINESA, «el mismo trabajador que vende las entradas vende también las palomitas y las bebidas», y que «la figura del acomodador no existirá».
Para los sindicatos, «la patronal no puede seguir precarizando el sector, no puede mantener unos sueldos tan bajos y por debajo de los compañeros de Barcelona y no puede cambiar las funciones de los trabajadores».
Todo ello, a su entender, «repercute en la calidad del servicio al espectador al que cada vez le cuesta más pagar los 8 euros de entrada para encontrarse con una atención deficiente provocada por la falta de personal en los diferentes puestos de trabajo».
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