RRHH Digital. El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Antonio Fontenla, ha pedido este lunes «modernizar» con «un amplio pacto» la normativa laboral vigente en España, que considera «deficiente», para propiciar la creación de empleo.
Así lo ha trasladado en un comunicado con motivo del 30 aniversario de la asociación que preside. Fontenla ha considerado que una de las «deficiencias que se agravaron» en las últimas tres décadas en Galicia, «hasta el punto de convertirse en debilidades estructurales de la economía», es el comportamiento del mercado laboral.
En 1981, cuando se creó la CEG, había 70.950 parados en la Comunidad gallega, lo que representaba una tasa del 6,12%; mientras que actualmente ha escalado al 17,25% y el número de desempleados es 226.500 personas, de acuerdo con la información de la EPA. Estos datos, ha dicho, «confirman el rotundo fracaso de la reforma laboral aprobada por el Gobierno», motivo por el que pide una nueva norma.
Asimismo, el responsable de la patronal gallega ha recordado que el nacimiento de la confederación se produjo tras el acuerdo de las cuatro confederaciones provinciales y meses antes de las primeras elecciones al Parlamento de Galicia. El objetivo es «fomentar el sistema de iniciativa privada y la economía de mercado, promover la unidad y la integración empresarial, representar los intereses generales del empresariado y el desarrollo económico de Galicia».
En estos 30 años, continúa el escrito, la CEG ha acompañado al tejido productivo «en la importante transformación que experimentó». Galicia, señala Fontenla, pasó de ser una comunidad «en desarrollo, con un gran peso del sector agrícola» a volcarse en los servicios y tener «un mayor peso industrial».
Así, ha analizado que hace 30 años un total de 439.652 gallegos trabajaba en el campo, mientras que en la actualidad son 86.600. Por la contra, en el sector servicios se pasó de 353.775 trabajadores a 737.200. Además, en estas décadas las empresas gallegas «experimentaron una importante evolución», ha expuesto aunque ha destacado que se arrastran «algunos de los problemas que ya estaban presentes cuando nació la CEG», como la «excesiva atomización» y la «escasa productividad».
«Otros se fueron encaminando, como la desproporcionada inflación que soportaba la economía», ha expuesto el presidente de la CEG, que ha indicado que el IPC en 1981 alcanzaba el 15,6%, frente al 3,4% actual.
VOCACIÓN EXTERIOR
Sobre el producto interior bruto (PIB), Fontenla ha apuntado que la aportación de Galicia pasó del 6,13% al 5,2%, «pese al gran volumen de ayudas que la comunidad recibió de la Unión Europea». En cualquier caso, ha destacado que la integración europea fue «uno de los hitos históricos» de las empresas gallegas. «El proyecto comunitario supuso una importante fuente de oportunidades para el tejido productivo gallego», ha dicho y ha subrayado la internacionalización.
La vocación exterior, ha continuado, es «una realidad que se consolidó» y el ahora la comunidad presenta un saldo favorable del 126%. «En cuanto a la innovación, es una apuesta de la que se tardaría en hablar e incorporar a los procesos empresariales», ha agregado.
Fontenla ha destacado, con motivo de este 30 aniversario de la CEG, que se trata de una organización que «se esforzó en proporcionar a las empresas» los servicios para competir e informó sobre los incentivos y programas de cooperación e innovación. En los últimos años, ha afirmado, la organización, «consciente de la necesidad urgente de reforzar la presencia exterior» de las empresas, abrió nuevas áreas de trabajo, entre ellas el despliegue de una red de plataformas empresariales en 14 países.
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