RRHH Digital. La crisis política en Yemen podría provocar un aumento de la tasa de trabajo infantil, según ha informado el Ministerio de Asuntos Sociales y la unidad de combate contra el Trabajo Infantil. En Yemen existen en la actualidad un millón de niños empleados, la mayoría de ellos en pesca y agricultura.
La pobreza es uno de los factores clave para la existencia del trabajo infantil, motivo por el que muchas familias envían a sus hijos a buscar trabajo para ayudar a la economía familiar. La situación se ha visto acentuada por el aumento de los precios de los alimentos a nivel internacional, situación cuya gravedad se ha visto incrementada por la situación en el país, según ha informado la directora de la unidad de combate contra el Trabajo Infantil, Muna Salim. «Las calles de las principales ciudades están llenas de niños buscando trabajo», ha dicho.
A esta situación hay que sumar que varios miles de niños no han podido volver a la escuela porque los edificios educativos están siendo usados como bases por las fuerzas militares gubernamentales y rebeldes o están en zonas de alto riesgo. Otros no han podido incorporarse por estar desplazados.
«Estos niños están en grave riesgo de unirse a cualquiera de las formas de trabajo infantil», ha dicho el presidente de la ONG local Seyaj Organization for Childhood Protection, Ahmad al Qurashi.
Un programa de entrenamiento sobre esta materia, iniciado en agosto de 2010 e impulsado por la unidad de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tuvo que ser detenido en febrero de este año a causa de la situación política en el país, según ha informado la agencia de noticias IRIN.
Más del 90 por ciento de los niños trabajadores en el país viven en zonas rurales, según la ONG CHF International en 2009. Desde 2001, la unidad de combate contra el Trabajo Infantil –junto con la OIT– ha rescatado a 4.200 niños de su situación de trabajo.
Los mayores riesgos a los que se enfrentan son derivados de la exposición a pesticidas y por el manejo de equipamiento agrícola pesado. La legislación laboral yemení define al niño trabajador como aquel menor de 15 años, pero no especifica la edad mínima para el empleo.
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