RRHH Digital. El proceso de globalización y diversificación cultural exige el desarrollo, por parte de las organizaciones, de estrategias de adaptación para establecer normas y valores en contra de la discriminación, incorporando iniciativas que afecten positivamente los resultados de los negocios y el clima laboral dentro de las mismas.
Para apreciar la diversidad, un individuo debe ir más allá de tolerar y tratar imparcialmente a personas de diferentes grupos raciales y étnicos. Por lo tanto, la meta de una organización diversificada es que las personas de todos los antecedentes culturales puedan lograr su pleno potencial, sin estar limitados por identidades de grupo como sexo, nacionalidad o raza.
Una persona con sensibilidad cultural reconoce ciertos matices en los usos y costumbres que le ayudarán a construir mejores relaciones con gente de antecedentes culturales diferentes a los suyos.
Estimular la diversidad cultural y demográfica en una organización ayuda a alcanzar metas de responsabilidad social, asimismo, la diversidad cultural ofrece una ventaja competitiva en una compañía. Los responsables del departamento de RRHH deben dirigir sus esfuerzos para lograr que el trabajo por conseguir la diversidad forme parte de la estrategia organizacional.
Recientes investigaciones (Orlando C., 2000; Cox T., y Blake S., 1991), revelan 3 nuevos beneficios competitivos de la diversidad cultural:
1) El buen manejo de la diversidad cultural ofrece una ventaja en mercadotecnia, lo que incluye mayores ventas y utilidades. Una fuerza de trabajo representativa facilita llegar a un mercado multicultural.
2) La diversidad en la fuerza de trabajo puede aportar a una compañía, ideas útiles de publicidad y de propaganda favorables. Una fuerza de trabajo culturalmente diversificada o la agencia publicitaria de la empresa puede ayudar a que ésta se coloque en una situación favorable ante los grupos culturales que desea alcanzar. También es una ventaja en creatividad.
3) Difundir el tema de la diversidad y sus ventajas competitivas dentro de las organizaciones es un primer paso para avanzar en pro de un mundo más tolerante e inteligente que sepa, cada vez más, apreciar las diferencias y conocer el valor del respeto y de la sensibilidad cultural.
“Más allá del compromiso con la empresa, lo óptimo sería que toda organización contara con líderes que promovieran el valor de la sensibilidad cultural, además de aquellos valores particulares de la organización como la honradez, la cordialidad, la participación, el compromiso institucional, etc.” señala Javier Caparrós, Director General de Trabajando.es.
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