RRHH Digital. Las nuevas tecnologías están provocando toda una revolución más allá de las comunicaciones, puesto que según los primeros análisis parecen ser también las responsables de la conocida como ‘alergia al wifi’, una enfermedad que día a día afecta a más personas y que podría convertirse en una de las más extendidas en el siglo XXI.
La ‘electrosensibilidad’ es una afección que carece, por el momento, del reconocimiento de la OMS, por lo que aquellos que la sufren no consiguen obtener tratamientos ni diagnósticos como cualquier enfermo más.
Surge a raíz de la exposición continuada a campos electromagnéticos, lo que provoca cefaleas, vómitos, mareos e incluso pérdida de memoria a corto plazo. Al tratarse de unos síntomas en los que la causa no está comprobada los médicos aún no tienen un protocolo de actuación mediante el cual diagnosticar y poner en tratamiento a las personas que lo sufren.
Son numerosas las personas que padecen electrosensibilidad, y por el momento sus únicos remedios para paliar los efectos y los dolores consiste en mantenerse alejados de los aparatos que emiten ondas, entre ellos los ordenadores, aunque en la mayoría de los casos resulta casi imposible.
«Mi día a día tiene picos, lo paso mal a mediodía cuando los vecinos ponen la televisión para ver el telediario; también por la tarde, cuando la gente enciende los ordenadores y pone el wifi», explica María Jesús al diario ABC.
Según Alberto Cela, unos de los afectados por la alergia al wifi, las ondas reducen la producción de serotonina en el cerebro, el antidepresivo natural del cuerpo, por lo que provoca depresión, tristeza y cansancio, principales síntomas de la enfermedad. Es por ello que dedica su actividad profesional a aislar las viviendas de los afectados por la dolencia con recubrimientos especiales que evitan el paso de las ondas.
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