RRHH Digital. Apple anunció en la noche del miércoles el cese de su fundador Steve Jobs al frente de la compañía. Steve Jobs abandonará su puesto como consejero delegado y será nombrado presidente no ejecutivo. Al frente de la compañía se quedará Tim Cook, su hombre de máxima confianza.
“Siempre he dicho que si alguna vez llega el día en el que no puedo cumplir mis deberes y expectativas como jefe de Apple, seríais los primeros en saberlo. Por desgracia, ese día ha llegado. Creo que los días más brillante e innovadores de Apple están en el horizonte. Y tengo ganas de ver y contribuir en dicho éxito en un nuevo papel”.
Tim Cook, nacido en el Estado de Alabama hace 50 años, no es precisamente el ‘showman’ que es Jobs, aunque es conocido por ser un “genio” en lo que a operatividad se refiere y es uno de los directos responsables de los logros conseguidos a nivel de eficiencia de Apple. Es ingeniero industrial por la Universidad de Auburn y tienen un master en dirección de empresas por la Universidad de Duke. Ingresó en Apple en 1998, lo que le ha dado suficiente tiempo para cultivar su afición por el deporte –es conocido que se levanta a las cinco de la mañana para ir al gimnasio- y el montañismo. Por lo demás, poco se sabe de su vida privada, que guarda de los medios celosamente, aunque no va a poder evitar que empiece a ser conocido como el homosexual más poderoso del mundo.
Desde los noventa, Cook se ha movido por prácticamente todas las divisiones de Apple: fabricación, distribución, ventas y servicio al cliente. A pesar de todo, el peso que llevaba Jobs sobre sus hombros es muy grande y está por ver si Cook será capaz de dirigir cómo lo ha hecho Jobs una empresa de más de 50.000 empleados. De momento, los mercados le han recibido con una bajada de un 7% de las acciones de Apple.
Está considerado como un adicto al trabajo que empieza a enviar correos electrónicos a sus empleados a las 4:30 de la mañana y es habitual que mantenga a su equipo levantando hasta altas horas de la noche de un domingo para preparar una reunión al día siguiente, reuniones que bien pueden durar ocho horas. Un ritmo de trabajo que le ha convertido en una verdadera leyenda en la empresa que creó Steve Jobs.
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