¿Estamos preparados para un despido?

RRHH Digital. Dada la situación económica actual, es cada día, más común, tener familiares o amigos, a los que les han despedido. En teoría, dada esta circunstancia, sería lógico pensar que, en un momento dado, le pueda “tocar” a uno mismo. Sin embargo, tal y como se destaca desde Atesora, consultora especializada en el acompañamiento a organizaciones y profesionales en situaciones de cambio, prácticamente la totalidad de los trabajadores no está preparado para un despido. A pesar de ello, y aunque parezca lo contrario, prepararse para que, en un momento dado, llegue un despido, es esencial para avanzar profesionalmente y estar menos estresados en el trabajo actual. 

“Nadie quiere pensar en ello, lo ven como algo que nunca les llegará, que sólo les pasa a otros”, apunta Lola Vallejo, Responsable de transición profesional de Atesora, “Sin embargo, esta negación les impide avanzar y, lo que es peor, que, cuando llegue el momento, no sepan qué dirección tomar y vean el despido como un punto final, cuando no es así, tenemos que considerarlo como un punto seguido en la carrera profesional”. Prepararse para el despido, entrenarse para ello y considerarlo como una continuidad en la carrera profesional, hace que el candidato disminuya el tiempo de búsqueda de empleo y lo viva como una experiencia que le haga crecer y conocerse a sí mismo.

El tenerlo interiorizado evita cometer errores que nos comprometan en un futuro. “El modo en el que nos comportemos en un momento como ese, es importante, ya que puede abrir y de la misma manera cerrar puertas. A veces, ante lo inesperado, surge la reacción humana de autodefensa y el comportamiento no es el más adecuado”, comenta Vallejo, a lo que añade “es necesario gestionar adecuadamente las emociones y tener en cuenta que es necesario dedicar un tiempo para cerrar adecuadamente esa etapa, si no se dedica el tiempo necesario y nos dejamos llevar por el resentimiento, esto nos puede comprometer en un futuro y tendernos obstáculos en la búsqueda de un nuevo empleo”.

Así, han surgido nuevas disciplinas como el Coachplacement que acorte el tiempo que dedica el profesional a la hora de buscar un nuevo empleo.

El Coachplacement surge de la unión del coaching con el outplacement. Esta disciplina ayuda a minimizar el impacto del despido y enseña al candidato técnicas de búsqueda de empleo en el mercado actual consiguiendo alcanzar el equilibrio emocional y profesional, dando valor a la experiencia del despido y convirtiendo las creencias limitadoras en creencias cargadas de posibilidades y autoestima generadoras de oportunidades. De esta forma, se reduce el tiempo de búsqueda de un nuevo empleo y se aumentan las posibilidades de encontrar una posición acorde a nuestra formación y experiencia.