Los elevados ritmos de trabajo y las largas jornadas, aumentan los accidentes entre los trabajadores estacionales

RRHH Digital. Los trabajadores empleados en actividades productivas de temporada, o los que su trabajo se intensifica en ciertas épocas el año, como turismo de verano o de invierno, la recolección estacional en la agricultura, etc, forman una población laboral heterogénea y móvil,  que según la Epa se acerca a las 150.000 personas.
            
Los trabajadores estacionales hacen frente a gran número de incertidumbres, como la ausencia de contrato escrito, horarios de trabajo irregulares, duración del contrato no establecida, remuneración dependiente de horas trabajadas, incentivos, propinas, etc mientras viven en la urgencia e inmediatez para responder a su patrón. La gestión de la mano de obra se limita, la mayoría de las veces, a la estrecha vigilancia del patrón o del encargado.

Este tipo de trabajo estacional, es el punto de partida para la inserción en el mundo laboral de algunas personas, y a la vez el ingreso en el trabajo precario y marginal, para otras, y se caracteriza por largas jornadas y elevados ritmos de de trabajo que implican el olvido y la negación de la salud a la espera de que finalice la temporada.

En este periodo el organismo debe responder de forma brusca a las elevadas exigencias físicas y psíquicas derivadas de la punta de actividad, las demandas de los clientes y las de los empleadores, y en estas condiciones los riesgos para la salud son minimizados y la salud es puesta entre paréntesis. Estas condiciones de trabajo se traducen en fatiga y estrés, falta de sueño y desarreglos alimentarios, y se ha constatado una elevada frecuencia de trastornos musculoesqueléticos, de accidentes de trabajo y de infecciones.

La temporalidad del empleo, la variedad contractual y las carencias en la regulación de estos sectores, hacen que las estructuras de prevención no alcancen a estos colectivos, y que las actividades preventivas mas “habituales”, como las evaluaciones de riesgos, la información y la formación o la vigilancia de la salud, sean inexistentes. Nos encontramos, señala CCOO, con un obstáculo para la introducción de mejoras, y es que en el imaginario colectivo, estas condiciones de trabajo generadoras de riesgos para la salud, aparecen como inherentes al trabajo estacional.