Recursos Humanos Digital. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha avanzado en una entrevista a Europa Press que el Gobierno está estudiando en la mesa de empleo con patronal y sindicatos introducir mayor flexibilidad en los contratos a tiempo parcial durante un «periodo transitorio de entre dos y tres años» para hacer más atractiva esta modalidad para los sindicatos, con la posibilidad de que esta reforma se consolide pasados esos años.
Según argumentó, el plan de choque para fomentar el uso de este contrato a través de bonificaciones de hasta el 100% de las cotizaciones aprobado en febrero ha hecho repuntar el empleo a tiempo parcial en un 9% interanual, mientras que la contratación a tiempo completo no despega, lo que ha llevado al Ejecutivo a cargar las tintas sobre esta modalidad y realizar «un gran intercambio» al menos de forma transitoria.
Esta es una de las medidas que el Gobierno pretende aprobar con el acuerdo de los agentes sociales en el próximo 19 de agosto o en el primer Consejo de Ministros tras las vacaciones de verano, según Valeriano Gómez, quien, en cualquier caso, consideró que el tema debe quedar zanjado «no más allá del final de agosto» y avisó de que de no ser así, el Gobierno legislará.
Así pues, sobre la mesa de negociación está la posibilidad de que los empresarios dispongan de «entorno a un 10%» de la jornada de trabajo de los empleados a tiempo parcial para distribuirla de forma irregular según sus necesidades, siempre con un preaviso de varios días.
Por otro lado, el ministro de Trabajo aclaró que la propuesta no desatiende a los trabajadores a tiempo parcial, que verían mejorado el reconocimiento de su jornada laboral a efectos de cómputo para el acceso a la pensión.
Según dijo, «la idea es que un trabajador que esté 35 o 40 años a tiempo parcial tenga el mismo periodo devengado de años de cotización que un trabajador a tiempo completo», algo que ocurre, por ejemplo, en el modelo holandés.
En el caso de España, la forma de equiparar el tiempo cotizado por un contrato a tiempo parcial respecto al de un contrato a tiempo completo sería aumentar de 1,50 a 1,75 el coeficiente multiplicador que se aplica al número de horas reales a estos trabajadores.
«Queremos que el trabajo a tiempo parcial no pierda demasiados derechos respecto al trabajo a tiempo completo. Eso sí, su pensión será menor porque su salario también lo es», aclaró.
En principio, esta reforma de la contratación a tiempo parcial se aplicará durante «un periodo transitorio de dos o tres años», con la idea de realizar después una evaluación y, si el resultado es positivo, «convertirlo en estable». «La idea podría ser perfectamente la de convertir en estable esta reforma», añadió el titular de Trabajo.
SI ES POSIBLE EL 19 DE AGOSTO.
La voluntad del Gobierno es que esta reforma pueda aprobarse en el Consejo de Ministros del próximo 19 de agosto o en el primer Consejo de Ministros tras las vacaciones de verano, con lo que, en su opinión, «no debe prolongarse demasiado el diálogo tripartito».
El plazo máximo que el Gobierno le otorga a ese diálogo antes de legislar como ya hizo con la reforma laboral o con la de la negociación colectiva no va mucho más allá del final de agosto –las Cortes se disolverán el 27 de septiembre por la convocatoria de elecciones anticipadas el 20 de noviembre–, poco más de un mes, que Gómez considera «razonable».
«Si no hay posibilidad de alcanzar un acuerdo lo mejor es que convirtamos ese diálogo en un periodo de consultas del Gobierno con los agentes sociales que finalmente culmine en un proyecto de Ley o en un Decreto-Ley», apostilló, antes de insistir: «Si no hay acuerdo, legislaremos».
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