Recursos Humanos Digital. El Bulli, el que ha sido el mejor restaurante del mundo durante cinco años y con tres estrellas Michelin, cerró ayer sábado con una cena para 50 invitados «especiales»; antes, durante la mañana, Ferran Adrià y Juli Soler, dieron la bienvenida a la BulliFoundation rodeados de los principales cocineros del mundo, todos ellos alumnos o trabajadores del conocido restaurante de la Cala Montjoi de Roses.
Entre ellos ha estado René Redzepi, recién nombrado primer restaurante del mundo sucediendo a El Bulli.
«Hoy podía ser un día muy triste pero estamos muy contentos por qué esto continúa», ha asegurado Adrià ante una multitud de periodistas; y es que en su opinión, «El Bulli era una monstruo que tenía que domarse y transformarse» y de ahí el nacimiento de la fundación.
Durante su comparecencia, el chef ha tenido también algunas palabras para el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ya que en septiembre se presentará el permiso de obras para poder hacer todos los cambios necesarios para la Fundación con el fin de que las obras empiecen en enero, un proyecto, ha dicho, del que se está ocupando Mas personalmente «porque lo ve como un proyecto de país».
Adrià ha explicado también que pasadas las elecciones generales del 20 de noviembre pedirán cita con el nuevo presidente del Gobierno para que Madrid también se implique en la BulliFoundation ya que «es un proyecto de todos».
«Cuando toque llegaremos a un acuerdo para que la fundación sea de todos», y ha recordado también que el archivo del local vale muchísimo dinero.
Una vez funcione la fundación, el día a día será ir creando, colgar diariamente en Internet las creaciones, y a veces recibir visitas concertadas de creativos de todo tipo, escolares y alumnos de academias de cocina, además de participar en proyectos solidarios.
Asimismo, el chef también ha tenido palabras para el entrenador del FC Barcelona, Pep Guardiola, de quien ha dicho que es una de sus referencias a nivel humano y quién además le aseguró que entendía perfectamente que decidiera cambiar la idea de El Bulli y en cierta manera pasar página.
Desde su fundación en 1961, han pasado por la cocina de El Bulli cocineros reconocidos a nivel mundial, todos ellos presentes en el acto de ayer sábado, como Christian Lutaud (1981-1986) –el primer jefe de cocina que tuvo Adrià–,, Xavier Sagristà (1985-1993), José Andrés (1987-1988), Joan Roca (1989), Andoni Luis Aduriz (1993-1994), René Redzepi -chef que regenta ahora el mejor restaurante del mundo, el Noma de Copenhage (1999), Grant Achatz o Máximo Bottura, entre muchos otros.
Rodeado de sus mejores amigos, Adrià ha explicado que El Bulli nunca ha celebrado una fiesta, a excepción de hoy, y lo ha hecho acompañado de lo que él mismo define como «el espíritu de El Bulli», todos los jefes de cocina, a la vez que ha recordado que el restaurante cierra como tal pero que continúa como fundación.
Un emocionado Adrià ha querido repasar, uno por uno, el paso de todos los cocineros por el taller del restaurante: ha definido a Carlos Abellán como «el gamberro»; de Christian Abellán ha dicho que era su mejor amigo y la única persona que todavía le sorprende.
El chef también ha tenido palabras de elogio para René Redzepi, y ha asegurado que ver como se convertía en el jefe del mejor restaurante del mundo le hizo sentir tan orgulloso como si lo hubiera ganado él mismo.
Redzepi ha afirmado que en su primera cena en El Bulli «plantó una semilla» que creció hasta convertirse en el Noma, basándose en la «libertad y el espíritu» que le trasmitió su paso por el restaurante.
El hermano de Ferran Adrià, Albert Adrià, también ha sido uno de los protagonistas del acto: «no recuerdo mejor momento y poder decir hasta pronto de una manera tan especial, tenemos mucha suerte, nos los merecemos porqué hemos trabajado como cabrones».
En este sentido también se ha pronunciado Aduriz, ya que ha afirmado que en El Bulli se ha trabajado mucho y que ha habido gente que «ha dado parte de su vida», por eso el mismo Adrià ha reconocido que este fue uno de los motivos que le llevaron a replantear el restaurante porque «muchos de los cocineros llegaron siendo niños y ahora son padres de familia que pasan quince horas diarias en El Bulli».
El chef del segundo mejor restaurante del mundo, Joan Roca, de El Celler de Can Roca, también pasó por la cocina de El Bulli, solamente un año, pero le sirvió lo suficiente como para cambiar su perspectiva profesional, ya que todos los cocineros «estaban comprometidos en hacer algo distinto y han cambiado la cocina del mundo».
UN ‘BULLDOG’ DE MERENGUE
El acto ha estado presidido por un enorme ‘bulldog’ de merengue de 1,80 x 1,50 metros, elaborado por Escribà y hechos con hasta seis azúcares distintos.
Para esta última noche, Escribà ha preparado un «pastel conceptual», y sólo ha concretado que cada invitado escribirá un deseo en una estrella, y todas las estrellas irán al cielo.
Adrià ha afirmado, durante una rueda de prensa de más de una hora, que El Bulli está por encima de él mismo y ha mostrado su convencimiento de que el espíritu que se ha transmitido todos estos años continuará en cada uno de los cocineros.
Los comentarios están cerrados.