RRHH Digital. El 1 de julio marca el pistoletazo de salida para el inicio de la jornada intensiva en muchas empresas. Esta modalidad es elegida por aquellas compañías que no ven mermado su servicio o productividad por la reducción del horario durante los meses de verano y que encuentran en la jornada continua un beneficio para sus trabajadores y una forma de fomentar la conciliación.
Algo que va en línea con las prioridades de los trabajadores. Según los resultados de la encuesta realizada por RRHH Digital, el 70% de los casi 20.000 votos recibidos, creen que la productividad de los empleados aumenta con la jornada intensiva. Y es que este horario estival es una modalidad que va en línea con esta tendencia y que los trabajadores reclaman y priorizan cada vez más. Sin embargo, todavía hay empresas reacias a incorporar esta modalidad por la posible pérdida de productividad de sus empleados, algo que contrasta con la opinión de éstos.
Un 27% de las opiniones recibidas creen que dicho horario no modifica la productividad de los trabajadores, mientras que solo un 2% piensa que la reduce.
Ventajas de la jornada intensiva
Si bien no en todas las empresas y sectores es posible implantar la jornada intensiva, su introducción en la cultura de la compañía puede ayudar a mejorar la productividad y la eficacia de la empresa.
La jornada intensiva aumenta la motivación de los empleados, que están más satisfechos con su empleo ya que pueden dedicar más tiempo a su terreno personal. Además, ayuda a optimizar el tiempo y la realización de las tareas y es un mecanismo para que los trabajadores también mejoren en planificación y organización.
Otro de los aspectos positivos de las jornadas intensivas son la reducción del estrés y la posibilidad de que los trabajadores desconecten más fácilmente durante sus horas de descanso.
Emilio Solís, Director General Adjunto, Ray Human Capital nos ha querido dar su opinión en cuanto al aumento de la productividad con la jornada intensiva:
«No creo que haya una relación directa entre los aumentos de la productividad y la implantación de la jornada intensiva, aunque a todos nos gusta trabajar de forma que tengamos más tiempo disponible para nosotros. Al ser más felices, puede que trabajemos mejor durante un tiempo, y eso de lugar a aumentos transitorios de la productividad.
Si la jornada intensiva fuera la solución a la baja productividad, la Administración Pública o la Banca serían sectores con una productividad muy por encima de otros sectores sin este tipo de jornada, y no es así. La productividad refleja la relación entre los recursos invertidos en la producción y los resultados que logramos. Cuanto más hagamos con menos, más productivos somos. Y que la jornada sea intensiva o no, para nada afecta a esta relación.
Lo que sí afecta a la productividad es la formación y cualificación para el trabajo, el tipo de tareas a realizar, el liderazgo que se ejerce sobre los trabajadores, los recursos que el empresario pone a disposición del trabajo, los salarios y retribuciones, y el valor del producto o del servicio en el mercado, entre otros factores».
Y añade las ventajas, que para él, tiene la jornada intensiva: «Racionalizar los horarios de trabajo, incrementando las posibilidades de conciliar vida profesional y vida personal y familiar, es siempre positivo, ya que redunda, si no en una mayor motivación hacia el trabajo en si mismo, sí en una eliminación de un factor de descontento y desmotivación».
Además, nos da las razones por las cuales cree que hay empresas que todavía no han implantado el horario reducido:
«Hay muchos sectores, básicamente todos los que trabajan de cara a un cliente final y en sectores no monopolistas, que no pueden implantar este tipo de horarios ya que comercialmente significaría su ruina. Como trabajadores queremos jornada intensiva, pero como clientes la odiamos. ¿Quién no impondría a los bancos que abrieran sus oficinas por la tarde? Todos les obligaríamos, aunque eso significar la pérdida de la jornada intensiva para los bancarios. Pero ellos pueden, porque en este terreno todo el sector opera como un grupo compacto. Lo mismo pasa con los funcionarios de la Administración. En otros sectores, en competencia real, no sería posible.
Por otro lado, para una parte importante de la población que está en situación de trabajo precario o desempleo, resulta algo duro de aceptar esta discusión sobre si jornada intensiva sí o no. La crisis ha hecho que ciertos temas resulten políticamente incorrectos, y este es uno de ellos. Como también ha hecho que muchas empresas aprovechen la situación para no aceptar ninguna propuesta de mejora de horarios en este sentido, imponiendo su criterio unilateral».
Para Verónica Milo, Marketing Manager de Monster: “Desde un punto de vista de negocio, la jornada intensiva ayuda no sólo al ahorro energético sino también a una mejor organización del tiempo. Por un lado, aumenta la productividad de los empleados que saben que para poder salir en hora y disfrutar de la tarde, necesitarán optimizar el tiempo. Por otra parte, la jornada intensiva permite a los empleados una mejor conciliación de su vida familiar y laboral por lo que aumenta su motivación”.
En la misma línea nos contesta Artuto Labanda, director de Recursos Humanos de CCP: «En CCP los empleados tiene jornada intensiva desde mediados de junio hasta principios del mes de septiembre. No creo que influya en la productividad de los mismos. Sencillamente no merma la productividad. Desde mi punto de vista es positiva en todos los aspectos.
3 comentarios en «Jornada Intensiva Vs. Jornada partida»
Los bancos no abren por la tarde porque los clientes también trabajan por la tarde, y al final, sí o sí, tienen que salir de su trabajo para hacer gestiones. La afluencia de público por la tarde, que también se abre, es mínima (por cierto, el 80% de las gestiones bancarias se pueden hacer sin presencia física en la sucursal).
Al final, si se abre por la tarde a diario, los bancarios querrán que las fruterías abran hasta las 21:00 y los fruteros, que las tiendas de ropa abran hasta las 23:00 y los de las tiendas de ropa, que las de alimentación abran 24 horas al día. Necesitamos racionalidad en nuestros horarios, tipo europa, y aprovechar las horas. Nuestro modelo no debe ser Marruecos o Vietnam.
Que la oficina del banco no abra de tarde no significa que sus trabajadores no trabajen de tarde. Conozco bastantes personas que trabajan en bancos y tienen una parte de trabajo de cara al público (por la mañana) y otra de gestiones internas con la oficina cerrada (de tarde).
En cuanto a la Administración Pública, habría que preguntarse si esa baja productividad no se debe también a la seguridad de un puesto donde prácticamente da igual lo que hagas porque no te pueden echar.
Al margen de lo que correctamente comenta Ramóni sobre el sector Banca y la Admon. Publica, habría que ver qué productividad se obtendría si los trabajadores de banca tuvieran 100% joranada partida. El argumento que utiliza el Sr. Solis es falaz. Hay profesionales que aunque trabajen 24 x 7 horas a la semana jamás serán productivos porque aportan menos que los «recursos» que consumen independientemente del sector en el que trabajan. Si yo hago el mismo trabajo en jornada intensiva que en partida seré más productivo aunque sólo sea por el ahorro de luz de la tarde y teniendo tiempo libre hago más productivos a los comerciantes porque consumiré algo más en mis ratos de ocio. La jornada intensiva y el teletrabajo bien entendida/o y estructurada/o aumenta significativamente la productividad.
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