Recursos Humanos Digital. Actualmente las organizaciones están evolucionando hacia equipos de alto rendimiento, formados por profesionales altamente cualificados, tanto a nivel técnico como humano. Sus competencias (comunicación efectiva, escucha activa, creatividad, respeto, apertura de ideas) están muy desarrolladas, y la interrelación entre todos los miembros del equipo es perfecta. Así, su sentido de pertenencia al equipo es muy elevado y está en constante desarrollo.
Estos equipos de alto rendimiento necesitan líderes capaces de potenciar el talento de los miembros del equipo, tanto a nivel individual como colectivo, y respetando ambos ámbitos. Para ello es fundamental que el líder comprenda y entienda el valor que aporta cada persona, y al mismo tiempo les ayude a comprender la importancia que cada uno de ellos tiene en el equipo.
Según explica Carme Castro, coach y socia de Kainova, empresa especializada en la gestión y desarrollo de las personas, “un buen líder tiene que desarrollar sus competencias para ser capaz de crear y liderar un equipo de alto rendimiento, porque el crecimiento del líder y del equipo van en paralelo”.
Se define el liderazgo como una situación de superioridad en que se halla una empresa, un producto o un sector económico, dentro de su ámbito. Pero el liderazgo en un equipo o una organización se refiere a aquellas pautas de conducta que un líder utiliza para influir en el comportamiento de las personas y equipos, conseguir los objetivos propuestos, y alcanzar y mejorar los resultados, que en los equipos de alto rendimiento, y gracias a la alta cualificación de sus miembros, suelen ser extraordinarios.
El líder de un equipo de alto rendimiento tiene que ser consciente de que en su forma de proceder se identificarán los demás miembros del equipo y, en consecuencia, harán suyas sus creencias, valores y convicciones. En definitiva, según comenta Carme Castro, “la personalidad del líder que alcanza los objetivos propuestos pasará a formar parte de la esencia de la organización”.
Actualmente, en una sociedad inmersa en una dinámica de cambios sociales y económicos continuos, la capacidad de adaptación y aprendizaje de un líder es vital para la continuidad de los proyectos. Así, se precisan líderes capaces de mantener una motivación excepcional, tanto en ellos como en los equipos, y han de tener la habilidad de conseguir la participación y solidaridad de todos en la tarea de alcanzar los objetivos marcados.
“Su fortaleza emocional para ser uno más en el equipo y liderarlo, para escuchar a las personas que forman parte del grupo, tanto individual como colectivamente, para defender su trabajo y estar en permanente aprendizaje, son competencias fundamentales de los líderes del Siglo XXI”, concluye Carme Castro.
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