RRHH Digital. El Gobierno de Aragón, a través del Instituto Aragonés de Empleo, el Instituto Aragonés de Servicios Sociales y la Fundación Adecco, ha elaborado el estudio El mercado laboral y las personas con discapacidad, basado en una encuesta realizada a 94 empresas aragonesas y a 250 personas con discapacidad de la región, con y sin empleo.
El objetivo del estudio es tener una imagen actualizada acerca de una de las alternativas que existen para la integración laboral de las personas con discapacidad: su incorporación en el mercado ordinario, según ha informado el departamento de Economía, Hacienda y Empleo del Gobierno de Aragón en una nota de prensa.
Esta publicación, disponible en www.inaem.es y en www.fundacionadecco.es, sirve para dibujar tendencias y como aproximación a la realidad de las personas con discapacidad.
En este sentido, el estudio ha revelado que la mayoría de las empresas aragonesas encuestadas, el 87,2 por ciento, conocen la Ley de Integración del Minusválido, que obliga a las organizaciones de más de 50 trabajadores a incorporar a un porcentaje de personas con discapacidad no inferior al 2 por ciento.
En la gran mayoría de los casos, el conocimiento va ligado al cumplimiento, ya que un 97,8 por ciento de las empresas que la conocen también la cumplen.
Además, en más de la mitad de las empresas, en el 51,1 por ciento, la forma de cumplir con la Ley es a través de la contratación de personas con discapacidad. Sin embargo, un 25,5 por ciento combina esta modalidad con las medidas alternativas, seguidas de un 8,5 por ciento que se acoge exclusivamente a estas últimas.
Asimismo, la mayoría de las compañías que han sido encuestadas tienen al menos una persona con discapacidad contratada, salvo un 7,4 por ciento.
En concreto, el 46,8 por ciento de las compañías tienen una o dos personas en plantilla, seguidas de un 27,7 por ciento que tienen tres o cuatro, un 4,3 por ciento que cuentan con cinco o seis, un 3,2 por ciento que mantienen entre siete u ocho empleados y un 2,1 por ciento que tienen nueve o diez trabajadores con discapacidad en plantilla.
Es significativo que un elevado porcentaje de las empresas, un 8,5 por ciento, tienen en su plantilla a más de 10 personas con discapacidad.
A pesar de que el porcentaje de empresas aragonesas que cumple la Ley es elevado, una gran parte de ellas, el 64,9 por ciento, consideran que se debería ofrecer más apoyo para el cumplimiento de esta normativa legal, o dicho de otro modo, creen que las ayudas actuales son insuficientes.
En este sentido, el 52,5 por ciento de las empresas encuestadas opinan que se deben facilitar las adaptaciones al puesto de trabajo, seguido de un 49,2 por ciento que demanda más ayudas económicas.
Asimismo, el 45,9 por ciento de las empresas solicitan más información sobre la ley, un 44,3 por ciento cree que deben recibir ayudas relacionadas con la accesibilidad y un 36,1 por ciento que se debe ofrecer más formación a la persona con discapacidad, para que esté mejor preparada para encontrar trabajo.
PRINCIPALES PROBLEMAS
Los principales problemas para cumplir con la LISMI, según las empresas, están relacionados con la dificultad de encontrar personas con discapacidad aptas para cubrir sus vacantes, un 34,7 por ciento de los encuestados así lo declara.
Así, un 16,8 por ciento ha comentado que el principal obstáculo es que el empleo es duro y peligroso, lo que lo hace incompatible con la discapacidad. Un 9,5 por ciento sostiene la creencia de que este colectivo se caracteriza por la falta de formación y preparación.
Sin embargo, una cifra nada desdeñable, el 18,9 por ciento, defiende que no ha encontrado problema alguno para contratar personas con discapacidad.
Pese a estos problemas, los trabajadores con discapacidad son valorados muy positivamente por las empresas de Aragón. Al pedirles evaluar del 1 al 10 a estos empleados, la gran mayoría de las puntuaciones son superiores a 6.
Los ítems que obtienen grados inferiores de valoración se refieren a posibilidades para promocionarles, su nivel de participación en la toma de decisiones, la autonomía y la organización de su trabajo.
Por otra parte, los puntos fuertes son el grado de responsabilidad, su productividad, la motivación, la puntualidad, la integración en el ámbito laboral y la comunicación.
TRABAJADORES
Los trabajadores con discapacidad también han valorado a las empresas. De esta forma, la formación, la salud y seguridad y el nivel de participación han sido los aspectos mejor puntuados por los empleados con discapacidad, pues acaparan porcentajes muy elevados, entre el sobresaliente y el notable.
En concreto, un 76,3 por ciento valora la formación con estas calificaciones, un 66,0 por ciento así lo hace con la salud y seguridad y un 65 por ciento con el nivel de participación.
Los aspectos con una menor valoración han sido la autonomía e independencia, un 40 por ciento de los trabajadores suspende a sus empresas en esta variable y un 13 por ciento la califica con un aprobado.
Así, a pesar de que el 48,5 por ciento de los encuestados se encuentra trabajando, un 31,5 por ciento está buscando una mejora laboral y desea cambiarse de empleo. En general, las razones que alegan son mejores condiciones laborales, y una cualificación superior al puesto que desempeñan.
PERFIL DEL EMPLEADO
Los datos del estudio arrojan que el perfil del trabajador con discapacidad aragonés es el de un hombre, de 36 a 45 años, con discapacidad física, estudios elementales y un trabajo a tiempo completo como peón u operario.
Aunque en los últimos años se ha producido una importante incorporación de personas con discapacidad en la empresa ordinaria, la modalidad más frecuente sigue siendo el Centro Especial de Empleo, si bien la proporción está muy repartida, es decir, un 54,5 por ciento de los contratados está empleado en este tipo de centros, mientras que un 45,9 por ciento trabaja en la empresa ordinaria.
Por otra parte, se observa que la presencia de los trabajadores con discapacidad en la empresa no es ninguna novedad. Así, más de una cuarta parte (25,4 por ciento) lleva en la compañía más de 10 años, un 5,7 por ciento entre 7 y 10 años, un 10,6 por ciento entre 4 y 6 años y un mayoritario 34 por ciento entre 1 y 3 años. Sólo un 24,3 por ciento lleva trabajando en la empresa menos de un año.
Por último, y en líneas generales, se cumple el precepto de que a mayor afectación, menos posibilidades de encontrar empleo. Así, un 80 por ciento de los encuestados con un grado entre el 33 por ciento y el 65 por ciento, se encuentra trabajando, frente a un 90 por ciento de los que superan ese porcentaje, que no tiene empleo.
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