RRHH Digital. La fábrica de colchones de Flex en Sevilla tiene sus días contados. La planta de Alcalá de Guadaíra cerrará en pocos días sus puertas y trasladará toda su producción a Portugal. El mismo camino podría seguir a medio plazo la planta que la fábrica de colchones posee en Madrid, la única que seguirá en pie tras el cierre, en los últimos años, de las plantas de Zaragoza, Bilbao, Gijón, La Coruña, Vigo, Baleares, Tenerife, Canarias, Burgos, Valencia, Málaga, Granada y Barcelona. La de Salamanca sólo tapiza ya.
Los representantes de los trabajadores se han reunido esta mañana con la dirección de la empresa, que ha comunicado la decisión de cerrar la factoría, algo que ya se temían los representantes sindicales. Estos han sido citados a partir del próximo miércoles para negociar las condiciones de los despidos.
En total saldrán de la planta sevillana los 68 trabajadores que aún permanecían trabajando en la misma desde que hace unos meses se redujo la plantilla de 128 trabajadores a sólo esta cifra. La empresa, según las fuentes sindicales consultadas por este periódico, no ha dado opción alguna al ERE extintivo planteado ante los representantes de los trabajadores.
El argumento esgrimido por la dirección de la empresa es el descenso de la producción en la planta sevillana y que los productos que se fabrican en esta planta no se están vendiendo al ritmo deseado. En los últimos dos años, la producción de la planta sevillana se ha ido trasladando paulatinamente a las instalaciones de Flex en Portugal, donde ya fabrica los colchones de las marcas Mash, Dormilón y Dorwin. En Sevilla ya sólo se venía produciendo la serie Multielastic de Flex, colchones de alta gama de difícil salida en un mercado en crisis como el andaluz.
Los sindicatos, sin embargo, están convencidos de que las razones son otras. En Portugal, la mano de obra es más barata. Por esta razón, los trabajadores se han ofrecido incluso a trabajar una hora diaria sin cobrarla. De este modo, afirman, la diferencia de coste entre un trabajador portugués y los de la actual plantilla no sería de más de un euro. Los trabajadores, incluso, se han mostrado dispuestos a incrementar la productividad y hasta a asumir una congelación salarial por diez años. Pero la empresa tenía la decisión tomada.
Los representantes de los trabajadores temen que la planta de Madrid, que en un primer momento va a asumir parte de la producción que hasta ahora correspondía a la planta de Sevilla, siga a medio plazo el mismo camino. En un plazo breve se trasladará parte de la producción a Portugal y, de hecho, ya se está desmontando parte de la maquinaria para llevarla hasta Oporto, según explican los representantes de los trabajadores. El proceso es idéntico al que se vivió en Sevilla cuando cerró la fábrica de Barcelona.
Flex es una empresa centenaria que lleva fabricando camas desde 1912. Se fundó en Zaragoza bajo la denominación de Numancia. En 1031 abrió fábricas en Madrid, Andújar y San Sebastián, aunque su mayor expansión se produjo entre 1943 y 1952, cuando puso en marcha las fábricas de Bilbao, Sevilla, Tenerife, Las Palmas y Barcelona. En 1956 nace Flex como marca y en 1963 desaparece la denominación Numancia y la empresa pasa a denominarse Flex.
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