Recursos Humanos Digital. El ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, ha apostado este miércoles por gravar los sueldos «obscenos» de los altos directivos de las empresas españolas. En su opinión, no es admisible «que haya empresas cuyos directivos tengan retribuciones que superen o representen 1.000 ó 1.500 veces el sueldo de los trabajadores peor pagados de la misma empresa».
Durante su paso por los Cursos de Verano de El Escorial organizados por la Universidad Complutense de Madrid, Gómez ha subrayado que «el futuro no es sostenible con tales diferencias salariales» y que los sueldos deberán racionalizarse «necesariamente», ya sea a través de la regulación o por medio de tipos impositivos «más fuertes» en los casos en que la desigualdad sea mayor.
En este sentido, y a pesar de la oposición manifestada por la ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, Gómez ha considerado que, aunque la coyuntura actual «no es la mejor ni la más proclive» para explicar subidas en la carga fiscal o aumentos en las cotizaciones, «existe un ámbito de reflexión a medio y largo plazo» en esa línea.
«Tengo la convicción de que en el futuro, bien a través de la política fiscal, bien a través de la regulación, las economías más poderosas y con más capacidad serán economías que tengan un alto grado de justicia social en su seno y un alto grado de igualdad dentro, porque son las que mejor se comportan», ha explicado.
Una reflexión que Gómez ha considerado especialmente «procedente» en el caso de la figura del ministro de Trabajo, ya que «se refiere no tanto a la política fiscal, sino a una estrategia sana y correcta de retribuciones en las empresas», la cual «no puede sustentarse con tales diferenciales salariales como los que se han acumulado en las últimas décadas en España y en el mundo desarrollado».
Bases para un sistema de retribuciones justo
Así, ha manifestado que, desde su perspectiva, las retribuciones en el ámbito financiero «tienen que ser reguladas de tal forma que no estimulen la asunción de riesgos excesivos», «que son los que están detrás de algunos elementos de la crisis».
De igual forma, ha subrayado la necesidad de «apelar a la moderación de las retribuciones, no solamente en el sistema financiero, sino en el conjunto de las entidades empresariales», algo que ha considerado «razonable en momento de crisis».
La cuestión, ha señalado, es si el Gobierno, en esta tesitura, «puede hacer algo además de mandar un mensaje» de serenidad, puesto que el Estado, evidentemente, «no puede fijar el sistema de retribuciones del sector privado».
En cualquier caso, ha valorado Gómez en base a posibles disposiciones, «en el ámbito financiero es bueno que aquellas entidades que utilizan fondos públicos para su reconstrucción y reflotamiento» tuviesen «algún tipo de límite fijado públicamente en la retribución de sus directivos».
Dicho esto, el ministro ha considerado que España tiene que «estudiar, como ocurre en otros países europeos, la posibilidad de que las retribuciones muy altas, no de las entidades financieras, no de los banqueros, sino del conjunto de los directivos, tengan alguna relación con el resto de las retribuciones». Y que «cuando se dé el caso en que sobrepasen esa relación, exista la posibilidad de fijar tramos impositivos más fuertes, más altos que los actuales», ha planteado.
Más impuestos para financiar carreteras
En otro sentido, preguntado por si está de acuerdo con la propuesta de la Asociación de Constructoras de Obra Pública (AERCO) de subir los impuestos a la gasolina tres céntimos con el objetivo de financiar la construcción de carreteras, Gómez ha afirmado que todo lo que sea incrementar y sostener el esfuerzo en dotación de capital físico que ha hecho España en los últimos años, a través de una financiación con «algún tipo de aumento impositivo de carácter indirecto», le parece «una idea extraordinaria».
Los comentarios están cerrados.