Recursos Humanos Digital. La reforma laboral le costó al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero una huelga general y el desapego de una parte de la izquierda. Y, de momento, no ha cumplido con uno de sus objetivos: el fomento de la contratación indefinida. En Navarra, sólo el 7,46% de los contratos firmados entre enero y junio tuvieron carácter indefinido.
Pamplona. El porcentaje resulta incluso menor al del primer semestre de 2010, que se quedó en un 7,56%, a pesar de que la coyuntura económica no parece haber empeorado desde entonces. De hecho, el número de contratos totales se ha incrementado ligeramente, un 4,92%, si bien lo ha hecho en mayor medida en el caso de los contratos temporales (un 5,03%) que en el de los fijos (un 3,46%). En total, en los seis primeros se firmaron en Navarra 105.949 contratos, de los 7.902 fueron fijos y 98.047 temporales.
Los datos resultan si cabe más claros si se analizan a nivel nacional, donde el efecto de la marcha de empresas concretas (como es el caso de Navarra) se diluye. Así, en los seis primeros meses del año, el número de contratos fijos firmados cayó un 3,39%: apenas 602.556 contratos. Por el contrario, la contratación temporal creció un 1,56%, hasta los 6,348 millones de contratos. Lo más probable es que el verano profundice si cabe en esta tendencia, especialmente en aquellas comunidades en las que el impacto del turismo resulta más notable. Los conflictos del norte de África han vuelto a potenciar a España como destino de sol y playa. La actividad turística podría crecer este año del orden del 2,5%, frente al 1% del año pasado.
El mayor peso del sector industria en Navarra no sirve, en cualquier caso, para compensar el la dualidad de un mercado que sigue manteniendo a una cuarta parte de sus asalariados con contratos temporales. En esto, Navarra no se distingue del resto de comunidades y a ello contribuye decisivamente el Gobierno de Navarra, señalado por los sindicatos como «el principal generador de precariedad» en la Comunidad Foral. Si entre el conjunto de los asalariados la temporalidad ronda en estos momentos el 26% -la EPA del segundo semestre se conocerá en tres o cuatro semanas- entre los empleados del sector público ronda el 30% y llega a rozar el 45% en Osasunbidea. Si por cada contrato fijo la industria firma siete u ocho eventuales, en el caso del sector servicios, la proporción se duplica: un fijo por cada 15 ó 16 contratos eventuales.
a menos La tendencia, además, no dibuja ningún incremento de la contratación indefinida en los últimos meses. Más bien al contrario, si en enero y febrero la contratación fija suponía en torno al 8% del total, en mayo y junio el porcentaje se redujo hasta el 7%, de tal modo que en el acumulado del primer semestre se alcanza un 7,46%. En los años previos a la crisis (por ejemplo en 2007), tanto el número de contratos como la proporción de fijos resultaba bastante superior, si bien en el mejor de los casos éstos no superaban el 14% del total.
La crisis, por tanto, parece estar anulando cualquier efecto que pudiera tener la nueva legislación, aprobada en junio de 2010 y que ha cumplido un año sin ninguna gloria. Así, mientras los sindicatos la criticaron con dureza, la patronal la considera tibia y numerosos expertos defienden una simplificación normativa, el Gobierno considera que, una vez que se reactive la economía, sus efectos se sentirán con más fuerza. Pero no parece que esto se haya dejado sentir, por ejemplo, en un mayor uso de los contratos con 33 días de indemnización, que siguen suponiendo en torno al 40% de los fijos, frente a los que tienen fijada una indemnización de 45 días.
El otro objetivo de la reforma, el de abaratar el despido (se flexibilizaron las causas del despido objetivo, con 20 días de indemnización) sí que parece estarse cumpliendo, si bien no existen estadísticas oficiales al respecto, al tratarse de salidas individuales, que no siempre se judicializan y sin presencia sindical en muchas ocasiones. Tanto UGT como CCOO han coincidido al constatar un aumento de este tipo de despidos, que en la mayor parte de los casos están siendo aceptados por los jueces, pero los números no señalan precisamente en esta dirección. Las encuestas de costes laborales disponibles apuntan a un mantenimiento o leves alzas de los costes asociados a las extinciones laborales.
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