RRHH Digital. El experto en competitividad global, Xavier Sala i Martín, y uno de los economistas más citados en la última década por la prensa internacional impartió ayer una conferencia en AIN para asociados y trabajadores de la casa después de que se celebrara la Asamblea General de la asociación. El conferenciante, que no dejó indiferente al público, centró su intervención en la competitividad de las empresas españolas y al hilo de esta trató temas como la innovación, el mercado financiero, la política del Gobierno, el mercado laboral y el sistema educativo.
Xabier Sala i Martín trató a lo largo de su conferencia de dar respuesta a varias preguntas sobre competitividad, de las cuales la primera fue: ¿Qué tienen que hacer las empresas para ser más competitivas? “Cuando las empresas son pobres, apuestan por vender productos a un precio menor que el de sus competidores y cuando esta estrategia muere por su propio éxito, la empresa comienza a hacer las cosas mejor y a competir entonces por calidad, pero cuando también alcanza el éxito así… tiene que buscar la forma de ofrecer un producto distinto al de los demás y entonces entra en juego el concepto de innovación”. Así comenzó Xavier Sala i Martín su conferencia sobre competitividad de la empresa española, reflexionado sobre el origen de la innovación, un término que, como dijo, está muy de moda estos días, aunque no se comprenda del todo.
En este sentido, el experto en competitividad afirmó que, a diferencia de lo que creen los políticos, la innovación se debe hacer en todos los sectores y no sólo en la biotecnología y las energías verdes (sectores que según señaló, “parecen estar de moda”). “Es curioso, pero las grandes innovaciones de los últimos años se han producido en sectores que no contemplaban los gobiernos. Por ejemplo, la revolución que ha hecho Nespresso en el sector del café, la textil gracias a Zara con un simple cambio de distribución de las prendas, o el sector del vino en Australia fruto de la introducción de una nueva técnica de cultivo que aumenta la producción”, explicó.
Innovación e I+D no es lo mismo
El también consultor del Fondo Monetario Internacional subrayó que no se debe confundir innovación con inversión en I+D. “La inversión en I+D debe producirse porque una empresa ha tenido una idea innovadora y necesita que un ingeniero o experto la desarrolle a través de la investigación de una herramienta que le permita hacer realidad esa idea, es decir, que la I+D debe ser algo estirado desde las empresas no una inversión dirigida desde el Gobierno para investigar en un sector sin un objetivo definido”. De hecho, Sala i Martín aseguró que la mayor parte de las innovaciones, concretamente el 71%, surgen de los propios trabajadores de las empresas que son los que mejor conocen al cliente y pueden adivinar así sus nuevas necesidades o nuevas formas de satisfacer sus necesidades presentes. El resto, un 21% son fruto de la casualidad y tan sólo un 8% de la I+D.
“La política de innovación no puede basarse en la concesión de subsidios a la I+D. Es un error garrafal que los Gobiernos decidan qué sectores son los que van a triunfar y con esto me refiero por ejemplo a la inversión en tecnología verde”, dijo y añadió que no está nada claro que España vaya a triunfar en este sector. En su opinión, lo que se debería hacer no es dar subsidios sino ayudar a que las ideas que tienen los ciudadanos, los trabajadores de las empresas, se implementen, es decir, que se hagan realidad. Para conseguir este objetivo las reglas tienen que estar claras.
“Cuando en el informe Davos preguntamos a las empresas cuál es el principal impedimento que tienen para invertir en su mercado, la respuesta número uno es “quíteme al alcalde de encima”, relató Sala i Martí. Así, el experto incidió en la importancia de solucionar la corrupción a nivel empresarial, eliminando barreras de regulación (burocracia, competencia empresarial, proteccionismo, grupos de presión, etc). “El exceso de regulación mata la iniciativa, el crecimiento y, por tanto, la creación de empleo que es lo que necesita nuestro país actualmente. Creemos que vivimos en un país de libre mercado pero en realidad es proteccionista”, explicó. “Con la salvedad de que ahora a las medidas proteccionistas se les llama Planes Estratégicos”, ironizó Sala i Martín.
Un cambio de mentalidad
Como resultado de esto y otros factores, España cuenta con un mercado laboral que el experto economista calificó de ineficiente, donde los salarios se fijan en función de la edad del trabajador en lugar de en función de su eficacia, en el que las mujeres interrumpen su vida laboral al ser madres, dejando al margen así el 50% del talento de este país y con un mercado financiero que no se centra en lo que debería, que es la financiación de emprendedores y proyectos de innovación.
Xabier Sala i Martín, hizo en este punto una alusión al moviendo 15-M y a sus últimas reivindicaciones al sector financiero y afirmó rotundamente que “la razón de que en España haya un porcentaje tan elevado de paro entre los jóvenes no proviene de los bancos sino de los sindicatos”. “Los indignados no pueden demonizar a las entidades financieras porque ningún banco nos ha obligado a comprar casas, hemos sido nosotros los que nos hemos endeudado. Pero, la gente de mi edad, hemos sido unos egoístas porque hemos hecho unos contratos para protegernos, con un coste social enorme que los deja desprotegidos”.
Una idea que le llevó a hacer una reflexión más allá, intentando dar con las raíces de la falta de competitividad en España. “Existe un problema de mentalidad, muy visible en el sistema de educación”, afirmó. “¿Por qué los empresarios en Estados Unidos son héroes y aquí, sin embargo, están demonizados?, ¿por qué el mundo cambia y, sin embargo, nuestro sistema educativo permanece igual? Por primera vez en la historia los niños saben más que los maestros, ellos viven en un nuevo mundo y nosotros, los adultos, seguimos anclados en el estudio de El Quijote”. Por ello, Sala i Martín aboga por una revolución del sistema educativo en el que se introduzca un espíritu crítico, en el que los empresarios no sean demonios, en el que se premie el trabajo y el esfuerzo, el emprendimiento y las ganas de progresar.
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