Recursos Humanos Digital. La presencia de la mujer en el organigrama de las industrias del Polo Químico de Huelva, en concreto de las empresas inscritas a la Asociación de Industrias Químicas y Básicas (AIQB) de Huelva, va en aumento.
De este modo, si en el año 2007 el número de mujeres empleadas en las industrias de AIQB eran de 207, lo que suponía un siete por ciento sobre el total de los trabajadores (2.947), tres años más tarde, en 2010, ese porcentaje se ha elevado hasta 223, es decir, un total del 8,7 por ciento del total de los empleados del sector (2.555), según han informado desde la AIQB a Europa Press. AIQB estaba formada en 2007 por 16 empresas, pero en 2010 este número descendió a trece por la salida de Foret, Tioxide y Nilefos.
Este leve pero progresivo aumento de la mujer en la industria química de Huelva pone de manifiesto como con el paso del tiempo la figura femenina se ha abierto paso en un sector, presumiblemente, considerado un escenario propiamente masculino. Pese a que apenas suponen el nueve por ciento de las plantillas, las mujeres ocupan distintos puestos y con distintas responsabilidades en las empresas de este sector, uno de los pilares de la economía onubense.
En concreto, tal y como han explicado cinco mujeres, con una amplia trayectoria y formación en el sector, pese a lo que muchos puedan pensar, «no sienten» discriminación en sus empleos, y como para cualquier mujer, la conciliación familiar y laboral «es complicada, pero es posible y se consigue».
EXPERIENCIA PERSONAL
En el caso de Isabel Gil Rebollo, jefa de compras y almacenes de Ercros, que lleva más de 20 años en la empresa (antes antigua Aragonesa), ésta se siente «bien valorada» en su compañía, donde en la actualidad debido a la complicada coyuntura que padece la empresa, sólo quedan dos mujeres de un total de 77 personas que se mantienen en la plantilla.
Gil ha matizado que «el machismo en el sector es algo de antaño», pero con el paso del tiempo la presencia de mujeres ha ido aumentando, y aunque los trabajos en planta son duros, las entrevistadas coinciden en que «las mujeres podrían desempeñar estos puestos, y de hecho se dan».
Todas coinciden que hacen falta mujeres en los puestos directivos, en su mayoría copados por hombres, aunque reconocen que poco a poco el papel y el liderazgo femenino se abren paso y «es cuestión de tiempo».
Asimismo, tienen otro punto de coincidencia y estiman que se valora más la valía o el talento que el género, lo que se pone de manifiesto en el caso de María Olavarría, primera mujer en la Refinería La Rábida de Cepsa en ocupar un puesto de mando en una unidad de fabricación, lo que la convierte en una pionera. Desde que hace cuatro años arrancara el proyecto de la planta de Ampliación de la Capacidad de Producción de Destilados Medios (ACPDM) ha estado al frente de este proyecto, considerado ‘estrella’ por la compañía.
«Supone todo un reto y satisfacción, pero no por la condición de mujer sino por la responsabilidad», ha enfatizado Olavarría, quien ha remarcado que en sus ochos años en la empresa ha notado como antes las mujeres se ubicaban en departamentos más de oficinas, tales como la programación o el medio ambiente, pero poco a poco la presencia femenina ha llegado incluso hasta los mandos de fabricación.
Embarazada de siete meses, esta ingeniera industrial admite que en los comienzos «pesa un poco el hecho de ser mujer y asumir un puesto de mando», pero entiende que «cuando pasa el tiempo todo el mundo se acostumbra», así como ha relatado que desde sus inicios ha habido «un relevo generacional» lo que implica que las generaciones más jóvenes han asumido con más normalidad la presencia de mujeres en distintos puestos y jerarquías. Aunque aún no ha comenzado su etapa como madre, sabe que uno de los pocos inconvenientes para conciliar la vida familiar y laboral serán las guardias o las llamadas de emergencias operativas, pero asume que son parte de su trabajo y que «como todas las mujeres trataré de organizarme para ello».
En el ámbito universitario en cuanto a la presencia de mujeres en las licenciaturas ‘propias’ de hombres, Olavarría puntualiza que «no es lo mismo que en los años 70, cuando había pocas o casi ninguna mujer», mientras que en su promoción, aproximadamente un 30 por ciento de los alumnos eran mujeres. Se trata de una cuestión de tiempo y aunque «se echa de menos más mujeres en los puestos de dirección, se irá consiguiendo», dice esperanzada.
MAYOR PRESENCIA, EN DISTINTOS ÁMBITOS
Para Sol Villar, jefa de formación de Atlantic Copper, con una experiencia de nueve años en la compañía, la paridad se está alcanzando. Así, en el comité de dirección de la empresa, a excepción del consejero delegado, los directores generales son tres hombres y tres mujeres. «Ha aumentado la presencia de mujeres», ha indicado Villar, que se ha mostrado convencida de que «no se trata sólo de un aumento del número sino de cómo se van distribuyendo a lo largo de los organigramas».
Asimismo, debido a su categoría profesional, esta química explica que en los cursos de FPE, –promovidos por Atlantic Copper y la Junta de Andalucía–, la inserción laboral en esta empresa es del 60 por ciento. No obstante, pese a que sólo el seis por ciento de las solicitudes son de chicas, el 66 por ciento de ellas consigue quedarse en la empresa.
«DESCUBRIMIENTO DE LA MUJER»
Ha subrayado que en la actualidad se detecta «un descubrimiento de la mujer y del liderazgo femenino», a la par que ha especificado que la Fundición y el trabajo en planta es «muy duro» lo que quizá influye en el hecho de que menos mujeres quieran optar a puesto en operaciones, pero pese a todo, «hay algunas mujeres».
En Atlantic Copper, la mujer representa el diez por ciento del total de la plantilla. «Las empresas integran a las mujeres y éstas cada vez ven a la industria como un escenario laboral más cercano y amigable», ha destacado Villar, la cual como sus compañeras, ha incidido en que la conciliación de la vida laboral y familiar es «posible» y para ello su empresa a la baja por maternidad le añade dos semanas más, y da flexibilidad en las horas por la lactancia, entre otras iniciativas.
Por su parte, María Jesús Molina García, técnica de operaciones en Gas Natural Fenosa, e ingeniera técnica industrial en la rama de química ha destacado que la igualdad impera «en sueldo y en el trabajo a realizar».
«Cuando terminé la carrera pensaba que encontraría un panorama más difícil por el hecho de ser mujer, pero tuve suerte y rápidamente encontré trabajo», ha explicado Molina, que recuerda como en las fábricas en general hace mucho tiempo ni se contemplaba el hecho de instalar un vestuario femenino y ahora «todo eso se ha dejado atrás».
Por otro lado, Eva Pascual, actual jefa del departamento de Calidad, Medio Ambiente y Laboratorio de ENCE, con once años de experiencia, ha insistido en que pese a que la mujer se encuentra en distintos puestos «falta por conquistar los de dirección», pero reconoce que será cuestión de tiempo y resalta que «nunca ha tenido ninguna traba por el hecho de ser mujer». Aunque no supone el grueso de sus funciones, Pascual también se encarga de revisiones de emisiones o de instalaciones para lo que requiere el uso de gafas o casco, entre otras medidas de protección.
Tal y como coinciden todas el sector químico empieza a contar y disponer cada vez con más mujeres, que de manera progresiva comienzan a hacerse un hueco y que esperan conquistar, por su valía y dedicación, incluso los puestos de dirección, que aún se encuentran en su mayoría ocupados por hombres.
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