Recursos Humanos Digital. El aumento de la edad legal de jubilación de los 65 a los 67 años entre 2013 y 2027 por la aplicación de la reforma de las pensiones se traducirá en un incremento de 1,1 años de media sobre la edad efectiva de jubilación, según el informe anual del Banco de España correspondiente a 2010.
Según explica el banco emisor, la reforma establece la posibilidad de que aquellas personas con carreras de cotización superiores a los 38 años y seis meses se puedan seguir jubilando con 65 años, unas condiciones que ya viene reuniendo un «porcentaje significativo» de cotizantes desde 1998 y que, como sugiere, no tiene muchos visos de cambiar.
Así, explica que el porcentaje de individuos que se ha jubilado con una edad de 65 años o menos y con un periodo de cotización superior o igual a 39 años desde finales de los 90 se ha mantenido relativamente estable cerca del 50%.
En este punto, señala que sólo el 20% de las personas que han venido jubilando con 65 años de edad o menos con este tipo de carreras de cotización eran mujeres, y que, por tanto, «el aumento de la tasa de participación femenina podría impulsar al alza dicho porcentaje».
Pero contrapone que el colectivo de individuos de cualificación más alta ha presentado un porcentaje «ligeramente inferior» al resto, debido a que la mayor educación viene asociada a una edad de entrada al mercado laboral más tardía, y que en el futuro «el presumible aumento del nivel educativo de la población contribuiría en sentido contrario».
LA REFORMA APORTARÁ CONFIANZA
En cualquier caso, el Banco de España asegura que la reforma de las pensiones es el primer paso para garantizar la sostenibilidad en el largo plazo de las finanzas públicas, y que además puede tener «importantes efectos positivos sobre la confianza» en el corto plazo.
Concretamente, las simulaciones que maneja el banco emisor apuntan a que la reforma podría suponer un ahorro de alrededor del 40% del aumento del gasto en pensiones sobre el PIB proyectado entre 2009 y 2060.
Por otro lado, estima que estos efectos «podrían ampliarse por la activación del factor de sostenibilidad» a partir de 2027, que deberá servir para revisar cada cinco años los parámetros fundamentales del sistema en función de las diferencias entre la evolución de la esperanza de vida a los 67 años de la población entre el año 2027 y el año en que se efectúe la revisión.
Según el Banco de España, este mecanismo «contribuiría a reducir el gasto en pensiones adicionalmente si de su aplicación se desprendiesen nuevas modificaciones de los parámetros del sistema», como, por ejemplo, incrementos en el número de años utilizados para el cálculo de la pensión o nuevos retrasos en la edad efectiva de jubilación.
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