RRHH Digital. “Hay una gran diferencia entre un empleado con un enfoque transaccional del trabajo, que hace el mínimo esfuerzo posible para cobrar la suma de dinero acordada, y otro que se siente motivado e inspirado para colaborar con el crecimiento de la organización, pensar creativamente, relacionarse con otros compañeros y dar lo mejor de sí mismo”, se lee en la investigación.
El éxito de toda organización depende esencialmente de la motivación de sus colaboradores. Sin embargo, la motivación es aún un tema complejo. ¿Qué es exactamente la motivación y cómo se puede desarrollar o impulsar en el lugar de trabajo? Son preguntas a las que el estudio «Valorar a las personas para crear valor» responde de acuerdo con dos puntos de vista – una perspectiva teórica y las mejores prácticas recogidas en las empresas del mundo. La conciliación de estas dos perspectivas resulta en un enfoque innovador que identifica nueve incentivos universales de la motivación laboral, que conforman un novedoso modelo de motivación.
Aún cuando estos nueve incentivos son universales, cada individuo es único, así como también lo es cada organización. Las organizaciones de éxito son aquellas que saben construir su propia estrategia de motivación de acuerdo con sus objetivos particulares, las necesidades individuales de sus colaboradores y de su entorno. Motivar a una población joven y ambiciosa para que esta innove constantemente en los mercados tecnológicos tendrá una cultura y prácticas completamente diferentes a las de una estructura que sobre todo necesita colaboradores dedicados a servir de la mejor manera a una clientela tradicional y fiel.
Hoy, más que nunca, las empresas se enfrentan con nuevos retos, cuya traducción a hechos es una verdadera prioridad estratégica. La empresa debe mantener su competitividad en un mundo globalizado y al mismo tiempo responder a la creciente búsqueda de sentido de los individuos en su trabajo y conducir sus actividades de manera responsable ante la sociedad y su entorno. Para poder responder a esos retos y convertirlos en “catapultas” de crecimiento durable, se debe contar con personas que se sientan particularmente involucradas en el éxito de la organización, y que estén dispuestas a dar lo mejor de ellas mismas, en una palabra, con mujeres y hombres motivados. Pero la motivación no se hace por decreto, se construye.
Las respuestas de este estudio pueden servir de inspiración tanto para los responsables de Recursos Humanos, como para los directivos. Antes que nada, deberán recordar que la motivación se desarrolla en un ambiente positivo y que necesariamente tiene que ser personalizada. Es por eso, que es necesario comprender los nueve incentivos de la motivación y el impacto que pueden tener en un individuo para crear condiciones idóneas y saborear un éxito colectivo. La motivación no se impone, sino que se construye día a día. Conciliar la búsqueda de resultados con el bienestar de las personas es la clave: dos objetivos que no sólo son compatibles sino que son interdependientes.
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