Recursos Humanos Digital. El Tribunal Supremo ha avalado la aplicación de jubilaciones forzosas obligatorias a los controladores aéreos a partir de los 65 años con el objetivo de mantener la calidad del servicio y favorecer la contratación, según la sentencia dictada el pasado 3 de mayo.
La sentencia unifica doctrina y avala la jubilación forzosa contemplada en el I Convenio Colectivo del sector al considerar que sus objetivos son «coherentes» con la política de «mejorar la estabilidad en el empleo, la transformación de contratos temporales en indefinidos, el sostenimiento del empleo y la contratación de nuevos trabajadores».
La Sala de lo Social del Alto Tribunal estima así el recurso de casación presentado por Aeropuertos Españoles de Navegación Aérea (AENA) contra la sentencia dictada por la Sala Social del Tribunal Superior de Justicia de Madrid en mayo de 2010, que dio la razón a un controlador que se negaba a jubilarse.
El Supremo anula la sentencia anterior que consideró que el despido del controlador fue «improcedente» y obligó a AENA a readmitirlo, así como a indemnizarlo con 3,2 millones de euros y con los salarios que había dejado de percibir desde su cese a razón de 2.557 euros diarios.
El Ministerio Fiscal se posicionó a favor de esta normativa establecida en el I Convenio Colectivo estipulado entre AENA y el colectivo de controladores aéreos, aprobado en marzo de 1999.
El demandante era un controlador que había comenzado a trabajar en octubre de 1968 con un salario de 920.765 euros anuales. En febrero de 2011, al cumplir 65 años y tras 43 años de servicio, AENA le comunicó su jubilación forzosa con efectos retroactivos al 15 de diciembre de 2008.
En julio de 2008, el controlador había solicitado la prolongación de su actividad laboral cuando llegara su edad de jubilación y la empresa le denegó su solicitud.
El Supremo recuerda que la edad «es muy importante para el desempeño de esta profesión» por la necesidad que tiene estos profesionales de mantener sus facultades físicas.
Los controladores pueden jubilarse a partir de los 52 o 55 años, según los casos, y hasta su jubilación a los 65 años mantienen el salario ordinario fijo y la empresa paga sus cotizaciones a la Seguridad Social.
La sentencia revela que, desde el 1 de enero de 1999 hasta el 15 de diciembre de 2008, AENA contrató a un total de 930 controladores aéreos en prácticas, que luego convirtió en trabajadores indefinidos, de los que se jubilaron forzosamente por edad dentro de dicho periodo un total de 182 controladores.
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