RRHH Digital. El nuevo reglamento de personal del Fondo Monetario Internacional (FMI) hace de las relaciones entre empleados un motivo de sanción disciplinaria e incluso de despido. Esta normativa se aprobó el pasado 6 de mayo, ocho días antes de que Dominique Strauss-Kahn, ex director gerente del organismo, fuera detenido en Nueva York por intentar violar a la empleada del hotel donde se alojaba.
Bajo las nuevas reglas, que serán de aplicación directa para todo el personal, incluidos los directivos, las relaciones entre supervisores y subordinados serán elevadas a la categoría de un conflicto de intereses.
«Un fallo en la comunicación y en la resolución del conflicto constituirá una conducta poco profesional que podrá dar lugar a una sanción disciplinaria. Bajo determinadas circunstancias, cuando esa relación pueda ser un acoso, será investigada. Si se comprueba que es así, podría incluir el despido», ha dicho el portavoz William Murray.
Esta revisión del reglamento se produce a raíz de un caso de 2008, en el que estaban implicados la economista Piroska Nagy y Strauss-Kahn. Entonces el organismo amonestó al francés por su conducta, que este achacó a un «error de juicio», pero no le despidió.
«A pesar de mi larga vida profesional, no estaba preparada para las insinuaciones del director gerente del FMI. No sabía cómo manejarlo, sentía que iba a resultar perjudicada tanto si lo hacía como si no», dijo entonces la mujer, quien aseguró que Strauss-Kahn se había valido de su posición de poder.
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