RRHH Digital. Desde CESHA, la Coordinadora, que luchan constantemente para defender los intereses de todos los trabajadores, quieren reivindicar la importancia del papel de la mujer en la participación y representación sindical en las organizaciones.
El mundo sindical cada vez tiene mayor parecido con el mundo en general. Al igual que sucede en otros sectores y empresas donde el número de mujeres que ocupan un cargo de responsabilidad es bajo o casi nulo, en el mundo sindical está sucediendo lo mismo.
En las secretarías generales no hay representación femenina en los cargos responsables a pesar de su intachable e inmaculada trayectoria. Según datos recogidos por CESHA, CCOO y UGT, tienen cada una 11 secretarías generales responsables de las federaciones sectoriales a nivel estatal, y cero es el número de mujeres en esos cargos. También cuentan con 19 secretarías generales autonómicas, y del total, hay una sindicalista en el caso de UGT y dos en CCOO.
Según apunta la delegada de la Zona Centro de C.E.S.H.A (coordinadora), “Soy mujer, representante de los trabajadores en un sindicato minoritario del sector de handling de aeropuertos. Siempre me he planteado la pregunta de por qué no hay más mujeres que quieran representarnos, y supongo que habrá muchas respuestas y motivos como el educacional, discriminación sexista o desmotivación. Después de un detenido análisis pienso que el problema está en la imagen que tenemos del sindicalista: hombre rudo, más bien desaliñado, que se echa a la calle con una pancarta y pega «gritos». Una imagen totalmente anacrónica con la actualidad que vivimos. Creo que lo que hace falta es cambiar esa realidad y la mujer debe jugar un papel fundamental en ese cambio”.
Sin duda alguna, el sindicalismo ha de “renovarse o re-inventarse” y emprender nuevos caminos. El principio de igualdad no ha de vulnerarse, porque al fin y al cabo son personas las que están detrás de cada cargo indiferentemente de su sexo. El camino hacia este cambio ha de darse teniendo en cuenta el capital humano, y en el caso del sindicato ha de primar el poder de negociación que tenga el individuo y si es un líder carismático para defender con profesionalidad los intereses de los trabajadores, y en este caso, la mujer tiene mucho que decir.
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