RRHH Digital. Sólo el 20% de los cerca de cinco millones de parados encontraron un empleo en los tres primeros meses del año, o lo que es lo mismo, casi un millón de desempleados dejó las listas del paro, según el ‘Observatorio Laboral de la Crisis’ de abril elaborado por la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea).
Esta cifra supone una desaceleración del acceso al empleo en comparación con el último trimestre de 2010, cuando el 23% de los parados encontró un puesto de trabajo e incluso constata un reducción «muy significativa» de la probabilidad de salir del paro con respecto al mismo trimestre de 2010.
Ante esto, Fedea descarta que se vislumbre un «cierto repunte» de la actividad económica, sino que considera más bien que ésta aún permanece en una atonía «muy preocupante». Por edades, la fundación de estudios corrobora que tanto los jóvenes como los mayores de 45 años representan los colectivos con mayores dificultades para encontrar un empleo.
Pero no sólo se desacelera el flujo de parados hacia el mercado laboral, sino que además el 82% de quienes logran abandonar el antiguo Inem lo hacen para ocupar una labor temporal y manual.
En este sentido, la fundación de estudios aprovecha para reprochar al Gobierno la «tímida» reforma laboral aprobada en julio de 2010, pues advierte de que hasta la fecha no ha tenido «ningún» efecto positivo «perceptible».
Y es que los parados que llevan buscando empleo durante más de seis meses sufren una merma en sus posibilidades de reinsertarse en el mercado laboral, a lo que, según Fedea, contribuye el «freno» de los subsidios, al asegurar que disminuyen la intensidad de la búsqueda.
Para la fundación de estudios, el factor «más determinante» para entender qué trabajador está más expuesto a perder su empleo es por excelencia la temporalidad. Así, al comparar dos individuos de similares características en términos de edad, género, nivel educativo y nacionalidad, pero con diferentes contratos, Fedea estima que la probabilidad de pérdida de empleo del que tiene el contrato temporal resulta siete veces superior a la que se enfrenta el trabajador con contrato indefinido.
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