RRHH Digital. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha avanzado que las empresas que regularicen su situación en el marco del Plan para aflorar el empleo sumergido, no gozarán de ningún tipo de «amnistía», pero sí se les permitirán «aplazamientos» para hacer más «fácil» el pago de la deuda contraída con la Seguridad Social.
Así lo afirma en una entrevista publicada en la revista digital de la Seguridad Social, que se presenta hoy, en la que da algunos detalles de este plan, que previsiblemente estará listo en este mes de abril.
Así, precisa por una parte que habrá un endurecimiento de las sanciones para las empresas «y para los trabajadores por cuenta propia que complementen sus rentas sin declararlo», y prosigue diciendo que, «anunciado el momento a partir del cuál se endurecerán las sanciones, se contemplaría un periodo de tiempo para que las empresas pudieran regularizar su situación».
En este punto, el titular de Trabajo aclara que no habrá perdón de las deudas a las empresas: «No estamos hablando de amnistías, sino de facilidades para que las deudas que pudieran haber de las empresas con la Seguridad Social pudieran tener aplazamientos».
VE POSIBLE UN ACUERDO SOBRE NEGOCIACIÓN COLECTIVA
Preguntado por la marcha de las negociaciones para la reforma de la negociación colectiva entre patronal y sindicatos, Gómez asegura que «la sensación que transmiten los agentes sociales es que es posible alcanzar un acuerdo». Si bien, recuerda que «el Gobierno no renuncia a establecer un cambio regulatorio».
Por otro lado, el ministro de Trabajo apunta que el también pendiente reglamento de los expedientes de regulación de empleo, que ya ha sido remitido al Consejo de Estado, será aprobado «en pocas semanas».
En relación a las medidas ya adoptas, por una parte, Gómez pide más tiempo para ver los efectos de la reforma laboral, aunque tiene una «opinión favorable» de su aplicación, a la vista de que desde su puesta en marcha se han quintuplicado las conversiones de contratos temporales a otros de fomento del empleo indefinido y de que el uso de los expedientes de regulación de empleo de reducción de jornada ya suponen el 30% del total.
Además, cree que los efectos de la reforma de las políticas activas de empleo se dejarán ver en 2012 y reconoce que el Gobierno se equivocó cuando dio por finalizado el ciclo recesivo a finales de 2010.
«En el último trimestre de 2010 los datos nos hacían pensar que habíamos llegado al final del ciclo recesivo y que empezaríamos a subir, pero los primeros datos de 2011 no han sido buenos», señala para concluir que «la creación de empleo se resiente y por eso el Gobierno ha revisado sus previsiones de tasa de paro hasta el 18,9% para 2011″.
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